En Mongolia, Francisco dijo ante líderes religiosos que el fundamentalismo "pone en peligro la paz"

03 de septiembre, 2023 | 00.16

El papa Francisco advirtió hoy que el fundamentalismo "pone en peligro la paz" y pidió "que no haya ninguna confusión entre credo y violencia", al encabezar un encuentro interreligioso y ecuménico en Mongolia al que, entre otros, asistieron representantes ortodoxos y del budismo, predominante en la región.

"El hecho de estar juntos en el mismo lugar ya es un mensaje. Las tradiciones religiosas, en su originalidad y diversidad, comportan un formidable potencial de bien al servicio de la sociedad", planteó el pontífice al encabezar el encuentro en el teatro Hun de la capital Ulán Bator.

En ese marco, el Papa propuso a la iniciativa como un modelo a seguir a nivel mundial y sostuvo que "si quien tiene la responsabilidad de las naciones eligiera el camino del encuentro y del diálogo con los demás, contribuiría de manera determinante a poner fin a los conflictos que siguen causando sufrimiento a tantos pueblos".

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Para el Papa, "armonía es quizás el sinónimo más apropiado de belleza. Por el contrario, la cerrazón, la imposición unilateral, el fundamentalismo y la coerción ideológica arruinan la fraternidad, alimentan tensiones y ponen en peligro la paz".

Entre los presentes, hubo representante de la Asociación de Musulmanes de Mongolia, de los Ortodoxos rusos, de la Iglesia adventistas del séptimo día, judíos y evangélicos.

En esa línea, el Papa pidió "que no haya, por tanto, ninguna confusión entre credo y violencia, entre sacralizado e imposición, entre camino religioso y sectarismo".

Con presencia de representantes del budismo, el Papa aprovechó para recordar las persecuciones que sufrieron los miembros de esa religión en el siglo XX a manos de los regímenes comunistas de la zona.

"Que la memoria de los sufrimientos padecidos en el pasado, pienso sobre todo en las comunidades budistas , nos dé la fuerza para transformar las heridas sombrías en fuentes de luz, la ignorancia de la violencia en sabiduría de vida, el mal que arruina en bien que construye", agregó.

Francisco, de 86 años, visita Mongolia desde el viernes y hasta mañana, en un viaje en el que encuentra a la pequeña comunidad católica de 1.500 fieles y aprovecha su presencia en lo que llamó el "corazón de Asia" para pedir por la paz.

Con información de Télam

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