Los ucranianos del asediado este acudieron en masa a la iglesia el domingo para celebrar su tercera Pascua en tiempo de guerra, mientras las tropas rusas amenazan cada vez más a algunas de las ciudades clave de la región.
Los combates en el frente oriental han empeorado en las últimas semanas, sobre todo en torno a la ciudad de Chasiv Yar, mientras las tropas de Kiev esperan la crucial ayuda militar de Estados Unidos para frenar el avance de Moscú.
Los residentes en Kostantinovka, 15 kilómetros al suroeste, dijeron que seguían decididos a celebrar la fiesta a pesar del empeoramiento de la situación de seguridad por la invasión rusa, que dura ya 26 meses.
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"Vinimos en 2022 y en 2023, y volveremos", dijo Natalia Hryhorieva, de 58 años, a las puertas de una iglesia ortodoxa mientras esperaba a que un sacerdote bendijera su cesta de Pascua con agua bendita.
Durante la misa celebrada a primera hora de la mañana, el sacerdote condenó al enemigo "impío" y dirigió una oración por la victoria de Ucrania.
Previamente, el presidente Volodímir Zelenski, en un mensaje de Pascua desde Kiev, pidió a los ucranianos que se unieran en oración unos por otros y por los soldados en el frente, diciendo que Dios tiene una "bandera ucraniana en su hombro".
Kostantinovka es una de las principales ciudades ucranianas de la industrializada región de Donetsk que, según los analistas, podría convertirse en el próximo objetivo de Moscú si cae Chasiv Yar.
Las fuerzas rusas también están avanzando desde el sur y han capturado la localidad de Ocherétine, según informó el domingo el Ministerio de Defensa ruso. Ucrania no hizo comentarios inmediatos al respecto.
Al menos dos personas murieron en las últimas 24 horas después de que los asentamientos de la región fueran bombardeados 19 veces, dijo el gobernador Vadym Filashkin en Telegram.
"Queremos que esto termine pronto, para que nuestros hijos puedan estar tranquilos", dijo Nina Shyshymarieva, de 31 años, junto a su hija pequeña. "Para que puedan tener una infancia".
LOS SOLDADOS BUSCAN LA BENDICIÓN
En otros lugares detrás de la línea del frente, las tropas ucranianas también buscaron un respiro pascual de los combates.
Reuters acompañó a un capellán de la 93ª Brigada Mecanizada mientras recorría las bases provisionales, cuya ubicación no pudo ser revelada, para celebrar una misa y bendecir a los soldados, visiblemente cansados.
Las fuerzas ucranianas se han visto superadas en armamento y en efectivos, mientras Kiev se enfrenta a un enemigo mejor equipado y lucha por revisar su programa de movilización.
Las tropas disfrutaron de los tradicionales pasteles de Pascua proporcionados por conocidos y voluntarios. Muchos dijeron que desearían poder celebrarlo con sus familias en casa.
El capellán, Yevhen Savchenko, dijo que servicios como el suyo pueden "inspirar" a la gente en medio del empeoramiento de las circunstancias.
"Cuando las cosas se ponen difíciles, la gente recurre a Dios y a la oración genuina. (Prestan) más atención al elemento espiritual", afirmó. "Lo vemos".
(Reporte adicional de Ivan Lyubysh-Kirdey; editado en español por Carlos Serrano)