Keir Starmer, líder del Partido Laborista y potencial próximo primer ministro del Reino Unido, según las encuestas, marcó hoy su territorio en el panorama político británico durante el congreso anual de su fuerza en Liverpool, con miras a las próximas elecciones nacionales, con la promesa de una "renovación nacional".
En lo que podría ser su último discurso en una conferencia antes de las próximas elecciones, Starmer esbozó su estrategia argumentando que el Partido Laborista tiene lo necesario para revertir el declive que experimentó el país bajo 13 años de Gobierno conservador.
Prometió construir "la próxima generación" de nuevas ciudades, junto con 1,5 millones de viviendas, como parte de una "década de renovación bajo el Partido Laborista", una promesa que recibió el aplauso más fuerte de la conferencia.
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En ese sentido, proclamó un futuro de "ciudades más bellas, pueblos más prósperos y nuevos espacios verdes", marcando un tono ambicioso para el Partido Laborista bajo su liderazgo.
"Pondremos palas en la tierra, grúas en el cielo y construiremos la próxima generación de nuevas ciudades laboristas", dijo acerca de su compromiso de redefinir el paisaje urbano británico.
Afirmó además que el futuro es uno en el que el Reino Unido sea respetado en todo el mundo, los jóvenes tengan un lugar y se ponga freno al cambio climático.
El líder laborista también se comprometió a tomar medidas contra la contaminación del agua, el doble empleo de los diputados y los excesos de las empresas energéticas.
En educación, Starmer fue enfático al afirmar que su trabajo es "mover el barco", prometiendo que se eliminaría el complicado proceso de obtener citas médicas y que el dinero del IVA de la educación privada sería reinvertido en servicios escolares, como asesores de salud mental.
En cuanto a la reforma del Sistema Público de Salud, conocido como NHS, prometió que se eliminaría el impuesto sobre las personas sin domicilio fijo, lo que significaría una inversión significativa en el sistema sanitario.
Habló de aprovechar la tecnología y la inteligencia artificial para la detección temprana de enfermedades y de reducir drásticamente los tiempos de espera para el diagnóstico de cáncer.
No obstante, advirtió que el camino para salir de esto será difícil.
"Pero debes saber esto. Lo que está roto se puede reparar. Lo que está arruinado puede reconstruirse. Las heridas sanan. Y, en última instancia, ese proyecto chocará contra el espíritu de los trabajadores de este país. Ellos son la fuente de mi esperanza", expresó.
"Porque hay dos historias de los últimos trece años. Un Westminster de caos y crisis. Cinco primeros ministros en siete años. Y luego, del otro lado, un Reino Unido donde los trabajadores nunca se defraudan unos a otros", recordó el líder laborista.
Las palabras "Juntos resolveremos hoy los retos del futuro" resonaron en el auditorio, indicando una determinación de mirar hacia adelante.
"Todos necesitamos la capacidad de mirar hacia adelante, de avanzar, libres de incertidumbre. Eso es lo que realmente significa recuperar nuestro futuro", dijo.
El líder laborista también abordó el conflicto internacional, condenando firmemente a Hamas por los recientes atentados en Israel, donde mujeres, hombres y niños fueron asesinados.
"Estoy consternado por los acontecimientos en Israel. Condeno rotundamente el asesinato sin sentido de hombres, mujeres y niños -incluidos ciudadanos británicos- a sangre fría por parte de los terroristas de Hamas", sentenció Starmer.
"Este partido cree en la solución de dos Estados. Un Estado palestino junto a un Israel seguro y protegido. Pero esta acción de Hamas no hace nada por los palestinos. Israel siempre debe tener el derecho de defender a su pueblo", aseguró.
El momento cumbre de su discurso fue interrumpido abruptamente cuando un hombre que fue arrestado más tarde por la policía, irrumpió en el escenario, lanzando purpurina sobre Starmer.
La interrupción fue atribuida al grupo People Demand Democracy, que busca reformas electorales.
A pesar del incidente cubierto de purpurina continuó con su visión de un Reino Unido bajo el mando laborista, afirmando posteriormente que estaba "bien" y continuó con su discurso, demostrando su determinación de presentarse como candidato a primer ministro en las próximas elecciones generales.
Con información de Télam