El Senado mexicano aprobó la madrugada del miércoles en lo general una controvertida reforma que rediseña el Poder Judicial local y ha provocado roces entre México y sus socios comerciales de Norteamérica, en una accidentada sesión y en medio de manifestaciones en contra afuera de la sede legislativa.
La reforma judicial, parte de una batería de cambios constitucionales propuestos por el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, fue avalada por la mayoría del gobernante Morena y sus partidos aliados, que sumaron además votos claves de senadores de oposición para que la iniciativa fuera aprobada.
En medio de las discusiones, legisladores tanto de la oposición como de la coalición oficialista tomaron la tribuna de la sede de los debates, que había tenido que cambiarse la tarde del martes después de que decenas de manifestantes ingresaran por la fuerza a la sede principal del Senado, obligando a suspender la sesión temporalmente.
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Abrazada por la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, quien asumirá el poder el 1 de octubre, la reforma busca que más de 6,500 jueces y magistrados, así como los ministros de la Suprema Corte, sean electos por voto popular, lo que ha generado una lluvia de críticas y dudas sobre la independencia del Poder Judicial.
El gobernante Morena y sus partidos aliados aseguran que los cambios reforzarán la independencia del Poder Judicial, el equilibrio de poderes y combatirá la corrupción de jueces. La oposición opina que será totalmente lo contrario.
"Están a punto de inaugurar una autocracia constitucional", dijo durante la sesión la noche del martes Clemente Castañeda, coordinador de los senadores del opositor Movimiento Ciudadano, partido que denunció que uno de sus senadores había sido retenido por autoridades del estado al que representa y no había podido llegar a la sesión para emitir su voto en contra.
"Lo único que tiene esta reforma es la pretensión de capturar el Poder Judicial", dijo. "No resuelve de fondo los problemas para los que, dicen, están apuntándose", subrayó.
El debate de la iniciativa se da en medio también de duras protestas de opositores, estudiantes y trabajadores del poder judicial, quienes aseguran que sus derechos son violentados con los cambios en la ley y han parado labores.
Los críticos temen que las modificaciones al sistema debiliten a uno de los contrapesos del Poder Ejecutivo, perjudicando el clima de negocios en la segunda mayor economía de América Latina. El nerviosismo en los mercados por la iniciativa ha provocado una fuerte depreciación del peso en las últimas semanas.
"La reforma es una respuesta a las demandas históricas de los ciudadanos que claman por un sistema judicial más justo, más transparente", dijo la senadora de Morena Ernestina Godoy, al presentar el dictamen a discusión en el pleno temprano el martes.
Tras la votación en lo general, los legisladores continuarán el debate y votarán en lo particular la reforma constitucional.
Una vez que pase la aduana del Senado, la reforma debe ser aprobada por la mayoría de los 32 congresos estatales para finalmente ser publicada en la gaceta oficial.
Sheinbaum ha tratado de apaciguar a los mercados y a los inversionistas asegurando que México va a tener un mejor sistema de justicia tras la reforma, que su mentor político López Obrador ha asegurado es necesaria para limpiar de corrupción al sistema de justicia, al que acusa de haber favorecido a las élites económicas y a las empresas extranjeras.
Con información de Reuters
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