(Agrega extensión de la votación hasta mañana)
La República Democrática del Congo extendió hoy hasta mañana su proceso electoral, considerado de alto riesgo, en el que el presidente Félix Tshisekedi enfrenta a una oposición fragmentada, en un clima político y de seguridad muy tenso tras una campaña marcada por incidentes violentos que incluyeron la muerte de dos candidatos al Parlamento.
Cerca de 44 millones de personas estaban inscriptas para votar en este país africano de 100 millones de habitantes, que también elige legisladores nacionales y provinciales.
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Los resultados no se publicarán hasta dentro de unos días.
Las mesas seguirán abiertas mañana en las zonas en las que los votantes no pudieron depositar su papeleta, tras una jornada electoral marcada por problemas logísticos y retrasos.
"Los colegios electorales que no abrieron en absoluto lo harán el jueves", declaró a la televisión oficial el titular de la Comisión Electoral Nacional Independiente, Denis Kadima.
El funcionario no precisó el número de colegios electorales afectados, pero remarcó que "el grueso de la gente", que estimó en "no menos del 70%", había "podido votar" hoy.
En la elección presidencial a una sola vuelta, Tshisekedi, de 60 años y en el poder desde inicios de 2019, aspira a un segundo mandato frente a otros 18 candidatos.
Reconoce que su historial es dispar, pero pidió cinco años más de gracia para "consolidar los logros".
Durante la campaña, calificó a sus oponentes de "candidatos extranjeros", insinuando que obedecían a intereses del exterior y carecían del valor suficiente para enfrentarse a Ruanda, a la que República Democrática del Congo acusa de financiar a grupos rebeldes presentes en su territorio.
Moise Katumbi, un empresario de 58 años y exgobernador de la provincia de Katanga, rica en recursos minerales, es el principal blanco de esos ataques.
También se presentaron Martin Fayulu, un exejecutivo petrolero de 67 años, que asegura que él fue el verdadero ganador de las elecciones de 2018.
Concurre asimismo el ginecólogo Denis Mukwege, de 68 años, que ganó el premio Nobel de la Paz en 2018 por sus esfuerzos para ayudar a víctimas de violación.
Los principales candidatos de la oposición acusaron al gobierno de maquinar un fraude electoral.
El secretario general de la ONU, António Guterres, exhortó a las autoridades congoleñas a garantizar que todos los ciudadanos puedan acceder a los centros de votación y emitir su voto "sin temor".
"Guterres hace un llamamiento a las autoridades de RDC, a los dirigentes políticos, a la sociedad civil y a la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) para que garanticen que todos los electores con derecho a voto tengan acceso a los centros de votación y emitan su voto libremente, sin temor a intimidaciones ni persecuciones políticas", comunicó su portavoz, Stéphane Dujarric, citado por la agencia de noticias Europa Press.
Guterres deploró los recientes episodios de violencia ocurridos durante la campaña electoral, que incluyeron la muerte de dos candidatos a ingresar al Parlamento.
El secretario general de la ONU pidió a todos los actores políticos y a sus seguidores a evitar cualquier tipo de acción que incite a la violencia o exacerbe discursos de odio contra ciertas comunidades, etnias o contra las mujeres que se presenten como candidatas.
En este caso, la única mujer que se postula es Marie-Josée Ifoku Mputa.
El evento estará apoyado logísticamente por la ONU y constituye la primera ocasión en la que el país celebra elecciones desde la independencia en 1960, después de una transición democrática tras las elecciones de 2018, cuando Tshisekedi sucedió a Joseph Kabila.
El gobierno declaró hoy día festivo, cerró las fronteras y ordenó la suspensión de vuelos domésticos, como ya se hizo en anteriores comicios, reportó la agencia de noticias AFP.
El proceso de votación está siendo supervisado por varias misiones, la más importante dirigida por un grupo de las iglesias católica y protestante, que movilizaron a 25.000 observadores.
La campaña se vio ensombrecida por la precaria seguridad que se vive en una nación donde la violencia armada en curso desde mediados de los años 1990 alcanzó un punto álgido de tensión en los dos últimos años, con el resurgimiento de la rebelión del M23, apoyada por Ruanda.
Con información de Télam
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