El futuro del Gobierno del primer ministro francés, Michel Barnier, se presenta sombrío, ya que sus esfuerzos por sacar adelante el presupuesto de 2025 en un Parlamento polarizado tienen cada vez más probabilidades de acabar con la caída de su frágil coalición.
Según una docena de fuentes de todo el espectro político, el Gobierno de Barnier podría caer antes de Navidad, e incluso la semana que viene, si sus enemigos de extrema derecha e izquierda fuerzan una moción de censura que probablemente perderá.
Incluso si Barnier sobrevive, dicen las fuentes, solo lo hará cediendo a las demandas de suavizar los recortes de gastos, debilitando aún más las frágiles finanzas públicas del país y mellando el apetito de los inversores.
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El equipo de Barnier negocia sin descanso con la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, que apuntala su Gobierno, y con otros partidos para evitar sumir a Francia en su segunda crisis política en seis meses.
En una entrevista televisada el martes, Barnier describió la situación actual como "extremadamente preocupante" y pronosticó "condiciones extremadamente graves y turbulentas en los mercados financieros" en caso de que caiga su Gobierno.
"El Gobierno caerá", habría dicho el presidente Emmanuel Macron a sus aliados, según un artículo publicado el martes en Le Parisien que el Elíseo se apresuró a desmentir.
Los inversores reaccionaron con recelo el miércoles. La prima de riesgo de la deuda pública francesa subió a su nivel más alto desde la crisis de deuda de la zona euro de 2012, mientras que las acciones de los bancos arrastraron a la baja al CAC 40 .
El proyecto de ley presupuestaria se encuentra en el centro del malestar político de Francia. Pretende frenar la espiral de déficit público de Francia mediante 60.000 millones de euros (62.850 millones de dólares) en subidas de impuestos y recortes de gastos, pero ha resultado ser criptonita del Gobierno de derechas de Barnier.
El proyecto de ley fue rechazado por la Cámara Baja, profundamente dividida y casi ingobernable por la desafortunada decisión de Macron de convocar unas elecciones anticipadas que desembocaron en un Parlamento dividido, y actualmente está siendo debatido en el Senado.
Con sus opciones menguando antes de la fecha límite de mediados de diciembre, Barnier dijo el martes que era probable que invocara el artículo 49.3 de la Constitución, que permite que el texto se adopte sin votación, lo que desencadenaría una moción de censura contra el Gobierno.
(Contribución de Dominique Vidalon, Sudip Kar-Gupta, Juliette Jabkhiro y Gabriel Stargardter; Redacción: Gabriel Stargardter; Edición en español de Javier López de Lérida)