El papa Francisco partirá hoy a Mongolia para una visita de cuatro días durante la que encontrará a una comunidad católica de 1.500 personas en un país de mayoría budista y en la que también hablará al mundo desde lo que llamó el "corazón de Asia", entre Rusia y China, de temas como la paz y el ambiente.
El pontífice partirá desde el aeropuerto Fiumicino de Roma a las 18.30 locales (13.30 de Argentina) en un Airbus A330 de Ita Airways para cubrir en cerca de 9 horas y media los 8.278 kilómetros de viaje hasta la capital mongola Ulán Bator.
Durante el vuelo, y acompañado por varios medios a bordo del avión, entre ellos Télam, el Papa sobrevolará el espacio aéreo chino, por lo que enviará un telegrama de saludo al presidente Xi Jinping más allá de que Roma y Beijing no tienen relaciones diplomáticas.
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En el que será su viaje 43 fuera de Italia desde su elección en marzo de 2013, el Papa, de 86 años, llegará a Mongolia a las 10 horas locales del viernes (23 de hoy en Argentina), y dedicará el primer día a descansar en la Nunciatura Apostólica, según el programa de la visita.
La primera actividad oficial de Francisco en Mongolia será una reunión el sábado con el presidente Ukhnaagiin Khürelsükh, luego de la que dará un discurso frente a las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en el Palacio de Estado de Ulán Bator.
Durante la visita, se espera que el Papa incluya entre los temas de sus discursos mensajes hacia la sociedad de Mongolia así como temas universales, entre ellos el medioambiente.
El domingo 3, además de encontrar a la comunidad católica local y a fieles e países cercanos, el pontífice encabezará un encuentro interreligioso en el que se reunirá con representantes del budismo, la religión mayoritaria en el país.
Francisco definió a Mongolia como el "corazón de Asia" y se espera también que desde la capital, ubicada 660 kilómetros al sur de la frontera con Rusia, renueve sus llamados a la paz mundial, en el marco además del conflicto abierto en Ucrania desde febrero de 2022. El Vaticano confirmó también que en las celebraciones presididas por el Papa habrá fieles de la Iglesia ortodoxa rusa.
"Es la misma presencia del Papa en Mongolia la que constituye una invitación a la paz", anticipó el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, en diálogo con periodistas.
"Y ello, por el lugar significativo que este país ocupa en el gran contexto asiático. Esta visita lleva en sí misma el llamamiento al respeto de todos los países, pequeños o grandes, a la observancia del derecho internacional, a la renuncia al principio de la fuerza para resolver las controversias, a la construcción de relaciones de colaboración, solidaridad y fraternidad entre los vecinos y con todos los países del mundo", agregó el cardenal italiano.
Por otro lado, está también confirmada la presencia de católicos chinos, con el acercamiento entre Roma y Beijing como marco a partir del acuerdo firmado en 2018 para la designación conjunta de obispos con el que ambos Estados buscan normalizar la vida de la Iglesia en el gigante asiático.
"Todo el mundo sabe el interés que el Papa Francisco tiene por China", contextualizó Parolin.
La visita del Papa, que tiene por lema "Esperar juntos", terminará el lunes 4 con un encuentro con misioneros, durante el que inaugurará una casa dedicada a víctimas de la violencia y personas sin hogar, antes de regresar a Roma desde Ulán Bator al mediodía local (1 de la mañana de Argentina) y aterrizar en la capital italiana cerca de 11 horas después.
Con información de Télam