-Francisco, frente a católicos de toda Asia-
Si bien la Iglesia en Mongolia cuenta con solo 1.500 fieles, el número está en crecimiento paulatino y lento desde los 14 católicos que se registraban en 1995, apenas caído el régimen comunista.
De todos modos, la presencia del Papa en la capital, Ulán Bator, llamó la atención de fieles de toda la región y así fue como en la misa que celebró este domingo, confirmó el Vaticano, participaron otras 1.000 personas de países de la zona, como Rusia, China, Tailandia, Kazajstán, Kirguizistán, Azerbaiyán, Vietnam.
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-Una misa en un estadio multisuo-
La misa de este domingo dedicada a los 1.500 católicos del país y a los fieles llegados desde el resto de la región tuvo un escenario particular.
Se trata del Seppe Arena, un moderno microestadio terminado hace menos de dos años con capacidad para 2.600 personas sentadas y que ofrece una versatilidad acorde con los bruscos cambios climáticos del país.
El Seppe Arena puede así ser usado como estadio de hockey, de básquetbol, voley y conciertos.
-Cambios demográficos en Ulán Bator-
Más allá del eje religioso y de las guerras que atraviesan el mundo, la visita del Papa a Mongolia tiene como marco una serie de cambios demográficos que impactan de lleno en la vida del país.
En un país de tradición nómada milenaria, el cambio climático ha acelerado la migración interna desde las zonas rurales a la capital Ulán Bator, que vio duplicar su población en los últimos 23 años, pese a ser considerada la ciudad más contaminada del mundo.
Sin embargo, los climas cada vez más extremos causados por el calentamiento global y el impacto de las industrias extractivistas presionaron también para un fenómeno de migración interna del que alertó incluso la Organización Internacional para las Migraciones y que tiene como otra de sus caras las estadísticas oficiales de que cerca del 28% de la población vive por debajo del umbral nacional de pobreza.
-Un Papa admirado por todas las religiones-
El encuentro interreligioso y ecuménico que el papa Francisco encabezó este domingo en Mongolia se inició con una serie de saludos y reconocimientos de parte de los líderes de distintos credos hacia la figura del pontífice.
"De parte de todos los budistas de Mongolia, permítame extenderle una calurosa bienvenida y una gratitud de corazón por su visita", le dijo Su Eminencia Dambajav Choijiljav, abad jefe del monasterio Zuun Khuree Dashichoiling.
"Vine a agradecerle de parte de la comunidad musulmana, que es parte del pueblo mongol. Mientras estamos muy entusiasmados con su visita, todos los líderes religiosos expresan su deseo de visitar unos a otros en un nivel tan revolucionario", dijo un enviado musulmán, que planteó que la llegada de Francisco "dará una contribución muy fructuosa a la mediación interreligiosa, a las negociaciones y a las relaciones internacionales".
"La presencia de Su Santidad en este encuentro hace a la atmósfera muy espiritual y divina", afirmó en tanto un representante del hinduismo, que consideró que el Papa "inspiró a mucha gente".
"De acuerdo a nuestras escrituras, ver o conocer a una persona que parece un Santo o a alguien como Su Santidad lavará los pecados de la vida de uno", agregó.
Entre todos los mensajes, por último, el representante de los judíos de Mongolia Yair Jacob Porat consideró que la llegada de Francisco es "una visita histórica".
Con información de Télam