La discordia surgida a raíz del violento ataque del mes pasado contra estudiantes y activistas propalestinos acampados en la Universidad de California en Los Ángeles resurgió el martes, cuando los trabajadores académicos organizaron una huelga en el campus en protesta por la respuesta de UCLA al incidente.
Los investigadores académicos sindicalizados, los asistentes de enseñanza de posgrado y los becarios posdoctorales de la UCLA abandonaron el trabajo por lo que consideran prácticas laborales injustas en la gestión por parte de la universidad de las manifestaciones propalestinas de las últimas semanas, dijeron los organizadores.
A ellos se unieron trabajadores académicos de otros dos campus de la Universidad de California: UC Davis, cerca de Sacramento, y UC Santa Cruz, donde comenzó la huelga protesta el 20 de mayo.
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La huelga fue organizada por el sindicato United Auto Workers Local 4811, que representa a unos 48.000 empleados académicos no titulares de 10 campus de la Universidad de California y del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley.
El sindicato UAW cuenta con unos 6.400 trabajadores académicos en UCLA, 5.700 en Davis y unos 2.000 en Santa Cruz.
Un representante del sindicato afirmó que "miles" de trabajadores se habían sumado a la huelga hasta el lunes y no habían acudido a su puesto de trabajo, aunque se pudo ver a menos de 200 en una concentración celebrada a mediodía en el campus de UCLA.
La expansión de la huelga constituye la primera protesta respaldada por un sindicato en solidaridad con la reciente oleada de manifestaciones encabezadas por estudiantes en docenas de campus estadounidenses contra la ofensiva militar israelí en la Gaza.
Los dirigentes sindicales afirmaron que uno de los principales motivos de la huelga fue el trato dado a 210 personas detenidas en el lugar de un campamento de protesta en solidaridad con palestina, que fue derribado por la policía en la UCLA el 2 de mayo.
Unas 24 horas antes, en la noche del 30 de abril al 1 de mayo, un grupo de asaltantes enmascarados y armados con palos y porras atacaron el campamento y a sus ocupantes, desencadenando un sangriento enfrentamiento que se prolongó durante al menos tres horas antes de que la policía interviniera para sofocar los disturbios.
Desde entonces, la universidad ha reasignado al jefe del departamento de policía del campus y ha abierto una investigación sobre la reacción de las fuerzas del orden ante la violencia.
Los huelguistas exigen una amnistía para los estudiantes de posgrado y otros trabajadores académicos que fueron detenidos o se enfrentan a medidas disciplinarias por su participación en las protestas, que según los dirigentes sindicales éstas fueron pacíficas, excepto cuando se permitió a los contramanifestantes y otros instigadores provocar disturbios.
Con información de Reuters