La Franja de Gaza, frente a un sombrío futuro tras la ofensiva de Israel contra Hamas

11 de noviembre, 2023 | 12.48

(Por Francisco Alcácer) El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha prometido "destruir" a Hamas, dando pie a la incertidumbre sobre qué será del futuro de la Franja de Gaza y de los palestinos que la habitan.

Tras 16 años en el poder, Hamas está en todas partes en Gaza, y expertos no están tan seguros de que Israel pueda desmantelarlo por completo, incluyendo a su numeroso personal de administración civil, esencial para el gobierno del territorio.

En un mes y una semana de ofensiva de Israel en Gaza ya murieron más de 11.000 palestinos, y Netanyahu dijo que eliminar a Hamas requerirá una "larga guerra", algo que inevitablemente dejará un vacío político en Gaza, sumado a una crisis humanitaria.

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Entonces, ¿qué pasará cuando callen las armas?

Israel se ha propuesto erradicar la posibilidad de sufrir ataques como los de Hamas del 7 de octubre, que dejaron 1.200 muertos, según el último balance que actualizó la cifra de 1.400, y captura de unos 240 rehenes, entre ellos una veintena con nacionalidad argentina.

Pero no ha sido claro en sus planes para Gaza, donde viven 2,3 millones de palestinos.

Netanyahu dijo esta semana que, derrocado Hamas, Israel asumirá la seguridad en Gaza por un tiempo, pero que no volverá a ocuparla, como ocurrió desde 1967 hasta 2005, cuando replegó sus tropas y retiró sus colonias.

"El futuro es impredecible. Lo que sí hay son algunas hipótesis de qué hacer con Gaza", dijo Mario Sznajder, doctor en Ciencias Políticas y profesor emérito de la Universidad Hebrea de Jerusalén, a Télam.

Antes que todo, sin embargo, habrá que desmantelar a Hamas, según el plan de Israel.

Su ofensiva aérea y terrestre se centra en el norte de Gaza, una zona llena de altos edificios y densamente poblada. Hamas tiene sus principales posiciones en túneles subterráneos y acostumbra colocar otras cerca de escuelas, hospitales y mezquitas.

"No hay duda de que la fortaleza militar israelí se impondrá finalmente, dada su evidente superioridad. Pero con un costo tremendo en términos humanos y materiales", consideró el profesor José Abu-Tarbush, de la Universidad de La Laguna, de Tenerife, España.

Y a medida que se multipliquen los muertos en Gaza, además, la búsqueda israelí de seguridad podría deparar, por el contrario, inseguridad.

"Hamas dio a Israel un golpe muy doloroso. Si vienen y matan en una mañana a 1.400 personas, entonces la gente enloquece, busca venganza, y lo mismo pasará del otro lado", advirtió Sznajder.

En lo inmediato, además, se necesitará un monumental esfuerzo humanitario y de reconstrucción, que se estima costará miles de millones de dólares. Incluso antes de la ofensiva israelí, el 80% de los gazatíes dependía de la ayuda de la ONU.

En medio de periódicos estallidos de violencia, Gaza ha estado en un estado de reconstrucción permanente, complicado por promesas incumplidas de donaciones y controles para evitar que Hamas se apodere de los materiales para la construcción.

Reconstruir Gaza "será esencial por razones obvias de supervivencia. Pero será una tarea muy compleja, lenta y costosa, no exenta de obstáculos por parte de Israel", dijo a esta agencia Abu-Tarbush, autor de varios libros sobre Palestina y el mundo árabe e islámico.

"Israel ha bombardeado y destruido el 45% de las viviendas residenciales (de Gaza). Sin olvidar que sus paupérrimas infraestructuras también han sido objeto de los ataques israelíes; y que la intervención militar todavía no ha concluido", señaló.

Aparte del desafío militar, destruir a Hamas en su totalidad implicaría destituir a los no combatientes del movimiento que están a cargo de escuelas, hospitales, servicios públicos u ocupan puestos en el sistema judicial.

"Son centenas de miles, todo el aparato público", según Sznajder.

En el mediano plazo, algunos apuntan a una posible coalición de países árabes que pueda servir como fuerza interina de seguridad y gobierno en Gaza, con apoyo de Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU.

"Es posible la hipótesis de un cuerpo militar árabe, liderado por Arabia Saudita y por los Estados árabes del Golfo", más que Egipto o Jordania, dijo Sznajder, aunque matizó que Israel lo condicionaría a normalizar relaciones con los países árabes participantes.

Abu-Tarbush duda que sea un organismo internacional, pues Israel "siempre ha evitado la internacionalización, despreciando a las instituciones internacionales como la ONU".

"Israel se entiende mucho mejor con los regímenes autoritarios árabes. Desde esta óptica, Egipto parece un candidato idóneo, pese a su renuencia; pero podrían ofrecerle algunos incentivos económicos o de otra índole", dijo.

A más largo plazo, si Hamas es sacado del poder en Gaza, el candidato obvio a reemplazarlo es la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna en Cisjordania.

La ANP se creó tras los Acuerdos de Oslo con Israel de 1993, con la esperanza de sentar las bases para crear un Estado palestino en Gaza, Cisjordania y Jerusalén este.

Pero en 2007 la ANP fue echada de Gaza por Hamas, y Cisjordania y Jerusalén este están, desde 1967, bajo ocupación militar de Israel, que se niega a retirar sus colonias.

Su regreso a Gaza no se ve fácil.

Por empezar, la ANP ha mostrado su predisposición hacerse cargo de Gaza, pero solo dentro de un arreglo integral con Israel sobre Palestina, que incluya a Cisjordania y Jerusalén este.

Después, está la cuestión simbólica.

La ANP "no está dispuesta a llegar a Gaza sobre un tanque israelí, es decir, sin una solución o compromiso político en firme que implique ese esfuerzo. Es una cuestión de dignidad y legitimidad", dijo Abu-Tarbush.

La ANP no celebra comicios presidenciales desde 2005, cuando fue electo Mahmud Abbas, de 87 años. La única elección legislativa que convocó, en 2006, la ganó Hamas.

En Cisjordania, "la ANP está muy desprestigiada por sus altos niveles de corrupción e ineficiencia", señaló Sznajder.

"Si tenía la tarea de empezar a construir el Estado palestino, lo hizo muy mal. Entonces hay un problema de legitimidad básico y eso no se arregla con una elección. Tiene que haber un recambio generacional" palestino, añadió.

Finalmente, está la cuestión de la capacidad.

La ANP tiene serios problemas presupuestarios, y le ha costado mucho proteger a civiles palestinos de ataques de colonos en Cisjordania, que recrudecieron tras los de Hamas en Israel.

Israel mantiene retenidos decenas de millones de dólares en impuestos recaudados por la ANP entre los palestinos de Cisjordania.

La viabilidad de su misma existencia ha sido puesta en duda en años recientes, ni que hablar su capacidad de hacerse cargo de Gaza luego de una ofensiva arrasadora.

En declaraciones a periodistas la semana pasada, el presidente estadounidense, Joe Biden, reiteró su apoyo a un acuerdo de paz y la creación de un Estado palestino.

Antes de los ataques de Hamas en Israel, las esperanzas de este acuerdo se habían desvanecido hacía tiempo, aunque muchos aún la ven como la única forma viable de resolver el conflicto.

"La alternativa de los dos estados es la única salida posible de este embrollo", dijo Sznajder.

Para Abu-Tarbush, la estrategia militar no sustituye la estrategia política.

Y prosiguió: "Me temo que Israel, además de saciar su venganza, sólo trata de restituir su imagen de invulnerabilidad y poder disuasorio que quedó dañado el 7 de octubre".

"Mientras no se resuelvan las causas estructurales del conflicto, es de temer que se seguirán reproduciendo nuevos ciclos de violencia en el futuro, como ha sucedido hasta hoy", agregó.

"Israel no se puede limitar, como hasta ahora, a gestionar el conflicto; a ningunearlo con la ilusión de que podía sortear la cuestión de Palestina y establecer relaciones con los Estados árabes sin tratar con los palestinos. Este modelo se ha venido abajo", finalizó.

Con información de Télam