Imágenes inéditas y sin edición alguna -tomadas en muchos casos por los propios agresores- fueron exhibidas hoy por la embajada de Israel en Buenos Aires en una reunión con invitados especiales y periodistas, pero con la condición de que de ellas no se tomaran fotografías o videos.
La reunión se realizó esta tarde en salones del Banco Patagonia en el barrio porteño de San Telmo presidida por el embajador de Israel, Eyal Sela, a quien acompañó el agregado de Defensa del Estado de Israel en el Cono Sur, coronel Amit Guy.
La mayoría de las imágenes fueron tomadas por teléfonos celulares y cámaras gopro, en general adheridas a la pechera de quien la utilizaba, y en muchos casos registraban en tiempo real cómo quien llevaba una ametralladora -que era parte del registro visual a la manera de las imágenes de los videojuegos de los años 90- asesinaba a sangre fría a civiles de distintos géneros y edades, mientras profería a gritos la consigna "Alá es grande".
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En esos casos, un sobreimpreso refería en idioma inglés que esas imágenes habían sido tomadas por los propios milicianos, en tanto en otro pasaje de la exhibición se confirmaba de la misma forma que se trataba de filmaciones hechas por víctimas israelíes.
Todas las escenas fueron tomadas el pasado 7 de octubre, día de la feroz e inédita ofensiva del movimiento islamista palestino Hamas que mató a unas 1.200 personas -la mayoría civiles-, y que originó a su vez una represalia también extraordinaria de parte de Israel, que mediante ataques con bombas e incursiones militares en la Franja de Gaza causó hasta el presente la muerte de al menos 11.200 palestinos.
Antes de que comenzara la exhibición, el embajador Sela destacó que la prohibición de que se tomaran nuevas filmaciones o fotografías -de hecho, todos los asistentes debieron dejar afuera de la sala sus celulares- tenía la finalidad de "respetar el dolor de las víctimas y sus familiares".
También se refirió a que a cada asistente se le había entregado un cuaderno cuya tapa tenía como título "Secuestrados" y la fotografía de un hombre de unos 45 años actualmente retenido por Hamas, elegida al azar entre unos 230 casos más, entre ellos una veintena de argentinos.
El diplomático recalcó que, además de ofrecerle una botella de agua a cada asistente, había médicos en la sala por si alguien sufría algún tipo de indisposición a raíz de la crudeza de las imágenes.
Por último el embajador explicó que el cuaderno, cuya contratapa pintada de negro tiene un título en letras blancas que decía "#LIBÉRENLOS", contenía en su interior una hoja que llevaba por encabezado: "La Carta Fundacional de Hamas".
"La Carta Fundacional de Hamas fue publicada el 18 de agosto de 1988. Es un extenso manifiesto compuesto por 36 artículos que promueve uno de sus principales objetivos: la destrucción del Estado de Israel a través de la Yihad", reza el texto elaborado por la embajada israelí en Buenos Aires.
En otros tramos, se destaca el Preámbulo de la carta de fundación, que dice que "Israel existirá, y continuará existiendo, hasta que el Islam lo destruya, de la misma manera que destruyó a otros en el pasado", y el artículo 7, que afirma que "el Día del Juicio no llegará hasta que los musulmanes no luchen contra los judíos y les den muerte".
La película presenta muchas escenas cortas de ataques de milicianos de Hamas contra civiles, algunos dentro de sus vehículos en falsos controles de tránsito y otros que estaban caminando por el lugar.
Otras tomas muestran ataques a escuelas, en las que se puede ver correr aterrorizados y llorando a niños y niñas que buscan un escondite, y también hay escenas del festival musical que se desarrollaba ese día, en el que los milicianos de Hamas irrumpieron a sangre y fuego.
Al igual que se vio con las imágenes en escuelas, también se pudo apreciar con claridad cómo los agresores entraban a casas particulares, donde había familias, obviamente civiles. En algunos casos, se pudo ver incluso que se llevaban vivas a algunas de esas personas, que con seguridad se convirtieron en rehenes.
La compilación de imágenes muestra muy pocos militares asesinados (y ningún combate entre profesionales), pero en esos pocos casos, se registran acciones de ensañamiento de parte de los atacantes con los efectivos ya muertos, a quienes les patean la cabeza o le descargan golpes con elementos contundentes en el cuerpo.
Con información de Télam