El nuevo Gobierno neerlandés, liderado por el partido de ultraderecha PVV de Geert Wilders, intentará salirse de las normas migratorias de la Unión Europea, preparando un enfrentamiento con Bruselas incluso antes de tomar posesión.
Wilders alcanzó el miércoles un acuerdo para formar una coalición con tres socios de derechas, casi seis meses después de su importante victoria electoral. Se ha descartado a sí mismo para el primer puesto, pero aún no ha propuesto su opción para primer ministro.
En su plan de Gobierno publicado a primera hora del jueves, la coalición cuatripartita afirma que aspirará al "régimen de asilo más estricto de la historia", con controles fronterizos más rigurosos y normas más severas para los solicitantes de asilo que lleguen a Países Bajos.
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"Se presentará lo antes posible a la Comisión Europea una cláusula de exclusión voluntaria de las políticas europeas de asilo y migración", afirma la coalición en su pacto.
"Esto hará definitivamente que Países Bajos sea menos atractiva para los solicitantes de asilo. La gente de África y Oriente Próximo empezará a pensar que podría estar mejor en otro lugar", dijo Wilders tras la presentación de los planes.
Países Bajos se uniría a Hungría y al anterior gobierno nacionalista de Polonia en su desafío a la política migratoria de la UE. Es probable que los planes reciban el rechazo de Bruselas, pues los países de la UE ya han acordado su pacto migratorio y las cláusulas de no participación suelen discutirse en la fase de negociación.
La Comisión Europea no respondió inmediatamente a una petición de comentarios.
Los trabajadores de fuera de la UE que no tengan conocimientos o experiencia específicos necesitarán un permiso de trabajo y las agencias de contratación se enfrentarán a una regulación más estricta. La coalición neerlandesa afirma que también se esforzará por limitar la libre circulación de personas procedentes de países que se incorporen a la UE en el futuro.
La asociación de la industria tecnológica FME, que representa a empresas como ASML, dijo que le preocupaba que estas medidas dificultaran la contratación de los trabajadores que necesitan las empresas tecnológicas.
En cuanto al cambio climático, la coalición dijo que se ceñiría a los objetivos acordados internacionalmente, pero que no añadiría ninguna restricción nacional a las emisiones que calientan el planeta.
Se aumentaría la producción de gas en alta mar en el mar del Norte, mientras que el Gobierno seguiría adelante con los planes de construir cuatro reactores nucleares en la próxima década.
Los planes se financiarán con 14.000 millones de euros en recortes de gasto hasta 2028, incluidos recortes de 2.500 millones de euros en ayuda al desarrollo, 1.000 millones de euros en salarios públicos y 100 millones de euros en el presupuesto de la radiotelevisión pública.
El nuevo Gobierno mantendrá el apoyo político y militar a Ucrania y establecerá la obligación legal de destinar al menos el 2% del producto interior bruto neerlandés a defensa, en línea con los acuerdos de la OTAN.
TODAVÍA QUEDA UNA INCÓGNITA
El acuerdo junta al PVV de Wilders con el VVD de centroderecha del primer ministro saliente, Mark Rutte, el nuevo partido NSC y el partido de protesta de los agricultores BBB en una coalición con una sólida mayoría de 88 escaños en la cámara baja de 150 escaños.
Con el amplio acuerdo alcanzado, un intermediario independiente se encargará ahora de formar el gabinete de ministros, un proceso que se espera que dure al menos otro mes.
Aún no está claro quién será el primer ministro, ya que Wilders, conocido por sus opiniones contra el islam, se comprometió en marzo a renunciar a ese cargo para que sus posibles socios de Gobierno se sentaran a la mesa de negociaciones.
Wilders aún no ha anunciado a quién propondrá para el cargo.
Con información de Reuters