Los senadores de la oposición de México se están uniendo para bloquear una controvertida reforma judicial impulsada por el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, que será sometida a votación la próxima semana, lo que sugiere que su aprobación podría no ser tan fácil como se esperaba.
El partido gobernante Morena y sus aliados están apenas a un voto de asegurar la mayoría calificada de dos tercios en el Senado, un umbral necesario para aprobar la reforma constitucional que, entre otras cosas, pretende que los jueces, magistrados y ministros sean electos por voto popular.
La mayoría de los analistas aún esperan que el bloque gobernante consiga esos votos -o que el absentismo signifique que no son necesarios- pero la oposición, a pesar de estar debilitada por luchas internas y una caída del apoyo popular, está tratando de dar la batalla.
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El viernes, el presidente del otrora todopoderoso Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno, dijo que los 15 senadores de su bancada votarían contra la reforma.
En la víspera, Daniel Barreda, senador de Movimiento Ciudadano (MC), dijo que había decidido votar contra la reforma, flanqueado por los otros cuatro senadores del partido, en un video publicado en X.
Los parlamentarios de la oposición también han denunciado intentos del bloque gobernante de intimidarlos o comprar votos, acusaciones que Morena ha negado.
La reforma fue aprobada por la Cámara Baja esta semana en un contexto de protestas callejeras que obligaron a trasladar la votación a un complejo deportivo.
Morena y sus aliados han conseguido 85 escaños en el Senado, dos de los cuales se obtuvieron mediante negociaciones con senadores que cambiaron su lealtad después de las elecciones de junio.
Dos tercios de los 128 escaños del Senado dan un resultado de 85.3 asientos, lo que plantea algunas dudas sobre si el bloque gobernante necesita 85 u 86 votos. Adán Augusto López, el líder de Morena en el Senado, ha sugerido que 85 podrían ser suficientes, aunque la oposición y muchos expertos legales dicen que son 86 y que es probable que haya una impugnación si la votación final termina 85 a favor y 43 en contra.
La reforma ha desatado una huelga de trabajadores judiciales, tensado las relaciones con Estados Unidos y generado desconfianza en los mercados, quienes temen que debilitaría un equilibrio crucial del Poder Ejecutivo y dañaría el clima de negocios en la segunda economía más grande de América Latina.
Con información de Reuters