La misión de la ONU en Mali puso fin oficialmente hoy a 10 años de controvertido despliegue en el país africano sin haber logrado solucionar su grave crisis sociopolítica y económica, seis meses después de que la retirada fuera ordenada por los líderes militares de facto malienses.
"Era inevitable que apareciera una brecha entre lo que la misión podía conseguir razonablemente y las esperanzas que suscitó. A pesar de ello, se ha logrado mucho", afirmó el jefe de la misión, El Ghassim Wane.
"Nos vamos orgullosos de lo que pudimos lograr, pero también conscientes de los límites de nuestra acción", añadió en un comunicado.
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La Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de Naciones Unidas en Mali (Minusma) concluyó así formalmente tras 10 años de despliegue en el país africano.
La junta militar gobernante de Mali, que tomó el poder en 2020, exigió en junio la salida de la misión, desplegada desde 2013, a pesar de que el país está sumido en una profunda crisis, que involucra lo político, social y económico.
La salida de los efectivos sigue dándose una semana después de que la misión completara la retirada de sus tropas y su personal en Sevaré, en la región de Mopti, poniendo fin así a su presencia en las regiones centrales de la nación.
En este sentido, la Minusma efectuó una ceremonia en Bamako, la capital maliense, donde se encuentra un millar de efectivos implementando la retirada.
La base ha quedado completamente clausurada, según informaciones del portal de noticias maliense a Bamako, citado por las agencias de noticias Europa Press y AFP.
La misión ya afirmó el viernes pasado que todo su personal restante abandonaría el país antes de que finalizase diciembre.
Después del 1 de enero tendrá lugar una "fase de liquidación", que incluirá actividades como la entrega de los equipos restantes a las autoridades.
La retirada de la misión de estabilización hace temer una intensificación de los combates entre las tropas regulares y facciones armadas por el control de territorios.
La salida definitiva de la misión pone fin a un compromiso que se remonta a 2013 ante el aumento de la violencia en Mali, que se ha extendido a países como Burkina Faso y Níger, entre otros, donde millones de personas tuvieron que abandonar sus hogares.
La Minusma reportó 180 muertos entre sus propios miembros por actos hostiles cometidos por grupos armados afiliados a Al Qaeda y el Estado Islámico, lo que la convierte en la misión de paz de la ONU más afectada por los enfrentamientos en los últimos años.
En total, se estima que unos 15.000 soldados y policías de múltiples países estaban desplegados como parte del contingente.
A pesar de ello, la misión fue blanco de numerosas críticas por parte de la sociedad y los líderes malienses, que acusaron a la ONU de ser incapaz de frenar la crisis.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el pasado 30 de junio, y a petición de las autoridades de Mali, la retirada de la misión.
Las relaciones de Mali con la Minusma se vieron afectadas por un informe de la ONU sobre la matanza de más de 500 personas en marzo de 2022 en la ciudad de Moura, en el que se apuntaba al Ejército como principal responsable.
Con información de Télam