La relatora especial sobre Tortura de la ONU, Alice Edwards, pidió hoy a la Asamblea General del organismo que se prohíban 20 instrumentos modernos de tortura utilizados por fuerzas de seguridad en todo el mundo.
Los elementos en mi lista de artículos prohibidos no son simplemente instrumentos de tortura modernos; son tan horripilantes como los potros y los aplastapulgares que utilizaban los torturadores medievales, afirmó Edwards, que presentó un informe ante un comité de la Asamblea General de la ONU.
Esas 20 herramientas son intrínsecamente crueles, inhumanas o degradantes, al haber sido diseñadas con el único propósito de causar dolor, subrayó la funcionaria en conferencia de prensa.
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La lista incluye instrumentos antiguos como porras con pinchos, camas-jaula, aplastapulgares, escudos con espinas, sjamboks (látigos tradicionales), lathis (largas porras de madera o bambú) y cadenas que atan a los detenidos entre sí.
Edwards sostuvo que algunos recuerdan las imágenes dolorosas y degradantes asociadas a la esclavitud y la servidumbre, según la agencia de noticias AFP.
Su lista comprende también pasamontañas o vendas para los ojos, así como armas de descarga eléctrica y equipos más sofisticados, como armas de ondas milimétricas.
Ese armamento de energía está diseñado para calentar la capa superior de la piel cuando se apunta a una multitud, de modo que la gente se dispersa por el dolor insoportable, sin saber de dónde procede, explicó.
Según su investigación, 335 empresas de 54 países de todas las regiones fabrican o promocionan esas 20 herramientas.
Señaló que, además de solicitar que se prohíban inmediatamente, pidió a los países que elaboren un inventario de sus equipos policiales y destruyan estos artefactos si forman parte de él.
La experta, que aclaró que hablaba a título personal, también pidió un tratado internacional que prohíba el comercio de esos artículos y dijo que esperaba que la Asamblea General de la ONU inicie negociaciones para ello.
Por otra parte, Edwards reportó también un aumento considerable de las acusaciones de tortura durante el año pasado, en particular las relacionadas con la guerra y señaló a Rusia, cuyas fuerzas armadas, dijo, son objeto de acusaciones creíbles en Ucrania.
Mi reciente visita a Ucrania confirmó lo peor, lo que sugiere que la tortura es una política de Estado rusa, sostuvo.
La tortura y otros tratos inhumanos también se han observado desgraciadamente en conflictos en Haití, Mali, Birmania, Sudán y Yemen, agregó y expresó su preocupación por la asiduidad de la tortura sexual.
Con información de Télam