El ministro del Interior español pidió el jueves a la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) que solicite permiso a los países africanos para patrullar sus aguas en un intento de "salvar vidas" en la peligrosa ruta de migración irregular que parte del continente hasta el cercano archipiélago canario.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, dijo que Frontex había operado en territorio africano durante el último pico de migración a las Islas Canarias, en 2006, y que ya trabajaba con las fuerzas fronterizas españolas recopilando información en las Islas Canarias.
Ahora debería pedir permiso a Mauritania, Senegal y Gambia —países de origen y tránsito de migrantes que cruzan el Atlántico hacia Europa en precarios barcos pesqueros—, para enfrentarse a los traficantes de personas y frenar las salidas.
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El ministro afirmó que Frontex solo podrá proteger verdaderamente las fronteras europeas de la inmigración irregular operando también fuera de ellas.
"Es especialmente importante mejorar su capacidad de actuación en el exterior, tanto en materia de retorno como de gestión de fronteras", dijo a los ministros de Interior de la UE reunidos en Luxemburgo.
La ruta atlántica hacia las Islas Canarias es la que ha registrado un mayor crecimiento de la inmigración irregular en los últimos años, aunque las cifras siguen siendo inferiores a las de la ruta del Mediterráneo central hacia Italia.
Los datos del Ministerio del Interior español muestran que las Islas Canarias han recibido un total de 26.758 migrantes hasta julio de este año, frente a los 39.910 de todo 2023.
Este flujo ha suscitado tensiones entre el gobierno regional del archipiélago y el gobierno central por la atención a unos 5.000 migrantes menores de edad.
El mes pasado, una embarcación volcó cuando los equipos de rescate se acercaban a ella, un naufragio que dejó al menos 48 personas en paradero desconocido, cifra que lo convierte en el más mortífero de este tipo en 30 años de travesías por la ruta.
El miércoles, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, hizo una defensa apasionada y, en términos europeos, poco habitual de la migración para apuntalar la población envejecida y la economía españolas, e insistió en que la migración ilegal representaba solo una pequeña proporción de las llegadas.
Con información de Reuters