El emir de Kuwait, el jeque Nawaf al Ahmad al Sabah, falleció hoy a los 86 años, tras un mandato de tres años marcado por múltiples conflictos políticos al frente de este país del Golfo rico en petróleo, y su hermanastro y príncipe heredero se convirtió ya en nuevo líder.
"Con gran tristeza, lamentamos la muerte del jeque Nawaf al Ahmad Al Sabah, emir del Estado de Kuwait", indicó la Corte Real en un comunicado difundido por la televisión estatal, que interrumpió su programación y emitió versos del Corán.
En noviembre, el jeque Nawaf al Ahmad al Sabah fue ingresado en el hospital "debido a un problema de salud urgente", según la agencia de prensa oficial KUNA, que no ofreció detalles sobre su enfermedad.
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Tiempo después fue declarado en estado estable, pero debido a su edad, su salud fue a menudo objeto de preocupación durante su mandato.
El jeque Nawaf fue nombrado príncipe heredero por su hermanastro, el jeque Sabah al Ahmad al Sabah, y tomó el relevo como emir tras la muerte de este a los 91 años en septiembre de 2020.
Poco después del anuncio del fallecimiento del jeque Nawaf, la televisión estatal informó del nombramiento como nuevo emir del príncipe heredero, el jeque Mishal al Ahmad al Jaber al Sabah, de 83 años, y hermanastro del fallecido emir.
"El gabinete kuwaití nombra al príncipe heredero, su alteza el jeque Mishal, emir del Estado de Kuwait", dijo la televisión pública, según recogió la agencia de noticias AFP.
Rico Estado petrolero del Golfo, Kuwait está sumido desde hace varios años en una profunda crisis entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, que socava las esperanzas de reformas en el país.
La desaparición del jeque Nawaf y la avanzada edad de su sucesor aumentan las incertidumbres en un país sacudido por las divisiones, incluso en el seno de la familia de los Al Sabah, algunos miembros de la cual acusan a otros de corrupción o de conspiración.
La Constitución de Kuwait enuncia que el soberano deber ser un descendiente del fundador de la nación, Mubarak al Sabah. Pero durante mucho tiempo se respetó una tradición de alternancia entre las ramas familiares de los Salem y de los Jaber.
El antiguo emir jeque Sabah, de la familia de los Jaber, puso fin a esta tradición al nombrar como príncipe heredero en 2006 al jeque Nawaf, también un Jaber, apartando así a la familia Salem.
El jeque Nawaf solo fue emir durante tres años, pero estuvo durante seis décadas involucrado en la dirección del país.
Ocupó múltiples puestos de responsabilidad en Kuwait, capital de este país de 4,5 millones de habitantes, de los cuales 1,3 millones son kuwaitíes.
Fue en particular ministro de Defensa cuando Irak invadió el país en 1990 e igualmente ocupó la cartera de Interior durante el periodo en el que las fuerzas de seguridad kuwaitíes combatieron a los islamistas armados en 2005.
En la esfera diplomática, mantuvo el statu quo, optando por no mantener relaciones con Israel. Sin embargo, mantuvo relaciones equilibradas con Arabia Saudita e Irán, los dos grandes enemigos regionales.
Con su estilo discreto, logró sobrevivir a la agitada política kuwaití, marcada por las reiteradas disputas entre el Gobierno y el Parlamento.
País conservador donde los puestos de poder se concentran en manos de la familia al Sabah, Kuwait posee el Parlamento más activo y poderoso del Golfo.
El país, uno de los principales exportadores de petróleo del mundo y que posee cerca del 7% de las reservas mundiales de crudo, es un Estado sumamente rico donde la inestabilidad ralentizó las reformas y el desarrollo de las infraestructuras.
El permanente pulso entre el Ejecutivo y los parlamentarios resultó en un baile de gobiernos y en la disolución de la Asamblea en numerosas ocasiones en la última década.
A principios de abril, la pequeña monarquía formó su séptimo gobierno en tres años. Unos días después, el emir disolvió el Parlamento y convocó nuevas elecciones legislativas.
El jeque Nawaf se mantuvo habitualmente al margen de la vida política, en beneficio del príncipe heredero jeque Mishal.
Con información de Télam