Donald Trump derrotó a su rival republicana Nikki Haley en las primarias del estado de Carolina del Sur y se acercó así un poco más a un posible duelo con el presidente demócrata Joe Biden en las elecciones de noviembre.
La derrota de ayer fue especialmente dura para Haley, quien encarna el ala moderada del Partido Republicano, ya que se produjo en su estado natal y del que fue gobernadora durante seis años.
Señal de que el expresidente ya no considera a Haley como una amenaza, Trump no la mencionó en su discurso de victoria, en el que prefirió en cambio apuntar al actual inquilino de la Casa Blanca, el demócrata Biden, de 81 años.
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"Estaremos aquí el 5 de noviembre y miraremos a Joe Biden, lo miraremos directamente a los ojos, está destruyendo nuestro país, y diremos: Joe, estás despedido. Vete", dijo Trump entre vítores y aplausos en la capital del estado, Columbia.
Como en primarias anteriores, cuyo objetivo es designar al candidato republicano para los comicios, el expresidente fue implacable.
Los medios estadounidenses dieron a conocer su victoria segundos después del cierre de las mesas, aunque el margen de su triunfo no quedó claro de inmediato.
A pesar de sus problemas judiciales, por los que se expone a penas de cárcel, Trump, de 77 años, es el gran favorito en la carrera por la nominación republicana, según las encuestas.
El resultado de las primarias es claro.
El exempresario espera obligar a su exembajadora en la ONU a tirar la toalla, como hicieron sus otros rivales, para centrarse en Biden, candidato a su reelección.
Biden reaccionó al resultado de Carolina del Sur con una breve declaración escrita en la que advirtió a los estadounidenses de "la amenaza que Donald Trump supone" para el futuro, mientras el país "lidia con el daño que dejó tras de sí".
Por su parte, Haley, de 52 años, dijo que seguirá dando pelea.
"Dije a principios de esta semana que, sin importar lo que suceda en Carolina del Sur, seguiría postulándome... Soy una mujer de palabra", afirmó tras conocer su derrota.
"No voy a renunciar a esta lucha cuando la mayoría de los estadounidenses desaprueba tanto a Donald Trump como a Joe Biden", agregó, informó la agencia de noticias AFP.
La precandidata reiteró lo que ha sido su premisa: "No sobreviviremos cuatro años más al caos de Trump".
Trump, en tanto, abrió ayer una nueva polémica al decir que sus problemas judiciales hacen que los afroestadounidenses simpaticen con su candidatura.
"A los negros les gusto porque les han hecho mucho daño y les han discriminado, y de hecho me ven como si me estuvieran discriminando a mí", dijo.
Haley consideró "repugnantes" los comentarios.
"Es repugnante. Pero eso es lo que pasa cuando se sale del teleprónter. Ese es el caos que se avecina con Donald Trump", afirmó.
Los demócratas también se escandalizaron con el paralelismo entre los afroestadounidenses y la criminalidad.
"Anoche en Carolina del Sur, Donald Trump subió al escenario para hacer comentarios vergonzosos y racistas que aprovechan el odio y la división que es lo peor de nosotros", expresó Biden en un correo electrónico de campaña.
Después del sábado, Trump y Haley volverán a enfrentarse el martes en el estado de Michigan.
Los republicanos de Idaho y Misuri votarán el 2 de marzo y los de Dakota del Norte el 4, pero la fecha más importante del calendario político del año es el 5 de marzo, cuando se celebra el famoso Supermartes.
Ese día, una quincena de estados, entre ellos Texas, California, Colorado y Virginia, acudirán a las urnas simultáneamente en una gran jornada electoral.
En teoría las primarias podrían durar hasta julio, pero el equipo de Trump prevé una victoria a más tardar "el 19 de marzo".
Trump quiere proyectarse lo antes posible en su revancha contra Biden, antes de verse sumergido por inculpaciones en serie que lo obligarán a alternar los actos de campaña con los juzgados.
El primer juicio penal a Trump comienza el 25 de marzo.
Con información de Télam