El líder de la mayoría demócrata en el Senado de Estados Unidos, Chuck Schumer, acusó hoy desde Shanghai a compañías chinas de "alimentar la crisis de fentanilo", que provocó la muerte de miles de personas en su país, tres semanas después de que la Casa Blanca sumara al gigante asiático a la lista de países de tránsito y productores de droga.
"No se trata del gobierno (chino) sino de empresas chinas", aseguró Schumer, tras aterrizar en la capital económica china, al frente de una delegación de senadores republicados y demócratas estadounidenses.
Las empresas chinas "alimentan la crisis del fentanilo que envenena a comunidades en todo Estados Unidos", denunció el senador, según replicó la agencia de noticias AFP.
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A mediados de septiembre pasado, Estados Unidos sumó a China a la lista de países de tránsito y productores de drogas y lo instó a reforzar "las cadenas de suministro" y "evitar su desvío".
La inclusión de China fue posible gracias a que Estados Unidos cambió la legislación para añadir a los países de origen de las sustancias químicas utilizadas para producir drogas.
La modificación se realizó en base al fentanilo, un opioide sintético responsable de buena parte de los más de 109.000 muertos por sobredosis en 2022 en el país, según datos preliminares de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Según la agencia antidrogas estadounidense (DEA), la mayoría de los precursores químicos proviene de China y acaba en manos de los cárteles de la droga mexicanos.
Este viaje de la delegación estadounidense a China se produce en momentos en que ambas potencias tratan de atenuar las tensiones bilaterales y luego de que ayer el presidente estadounidense, Joe Biden, planteara como una "posibilidad" una reunión con su par Xi Jinping durante la cumbre de la APEC, el foro de cooperación económica Asia-Pacífico, a mediados de noviembre en San Francisco.
La Cancillería china, que celebró el viaje de la delegación, había expresado el miércoles que esperaba que "esta visita permita al Congreso estadounidense entender China de forma objetiva".
Según la agencia de noticias Bloomberg, la delegación espera entrevistarse en los próximos días en Beijing con Xi.
Schumer prevé que se aborden otros temas, además del "flujo de sustancias químicas mortales, como el fentanilo, procedentes de empresas chinas".
En mayo pasado, varios senadores estadounidenses, entre ellos el líder de la mayoría demócrata, anunciaron un plan para hacer frente a la creciente influencia china en el mundo.
Esta iniciativa plantea limitar los flujos de inversión y de tecnología de punta hacia el gigante asiático, y disuadir a Beijing de cualquier agresión contra la isla de Taiwán, que China considera como una provincia rebelde.
Este viaje es parte de un acercamiento que en los últimos meses se produjo entre Estados Unidos y China, que retomaron el diálogo de alto nivel con una serie de visitas de altos funcionarios estadounidenses a Beijing, entre ellos el jefe de la diplomacia, Antony Blinken, en junio pasado.
Sin embargo, la relación bilateral sigue siendo tensa por varios diferendos comerciales, por las críticas a la estrategia de Beijing en el mar de China Meridional y la cuestión de Taiwán.
En agosto del año pasado, la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, viajó a Taiwán, una visita que China consideró una provocación y a la que respondió con el anuncio de cuatro días de ejercicios militares.
La Casa Blanca se distanció del controvertido viaje de Pelosi a la isla que China reclama como propia, con el argumento de que la dirigente toma sus propias decisiones.
Estados Unidos reconoce diplomáticamente a China sobre Taiwán, pero mantiene relaciones de facto con Taipéi y apoya el derecho de la isla a decidir su futuro.
China considera a Taiwán - a donde huyeron los nacionalistas chinos tras su derrota en una guerra civil ante los comunistas en 1949- una provincia que debe ser reunificada.
Con información de Télam