El presidente demócrata de Estados Unidos, Joe Biden, y su posible rival republicano para las elecciones de noviembre, Donald Trump, realizaron hoy visitas en paralelo a la frontera con México, mientras buscan respaldo sobre las políticas para enfrentar la creciente migración, uno de los temas más álgidos de la campaña electoral.
Esta especie de duelo en Texas se produjo cuando un número récord de cruces de migrantes por pasos no autorizados hacia Estados Unidos crea una gran amenaza para las posibilidades de Biden de impedir el regreso de Trump al poder.
El magnate republicano, de 77 años, aterrizó en Eagle Pass, y minutos después el actual mandatario, de 81 años, llegó a Brownsville, a 480 kilómetros al este, según la agencia de noticias AFP.
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Las visitas sucedieron a menos de ocho meses de los comicios presidenciales y resaltan lo mucho que está en juego en la cuestión fronteriza, principalmente para Biden.
Además, ocurrieron en una jornada en las que un juez bloqueó temporalmente una ley de Texas promovida por el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, que permitía desde marzo la detención, prisión o expulsión de migrantes que hayan cruzado la frontera por pasos no autorizados y que permanezcan en el estado.
Abbott apelará esta decisión, que forma parte de una disputa judicial entre los Gobiernos federal y estatal por el control de la frontera.
Más de 2,4 millones de migrantes cruzaron la frontera sur de Estados Unidos solo en 2023, en gran parte desde Centroamérica y Venezuela mientras huyen de la pobreza, la violencia y los desastres del cambio climático.
Biden, en su segundo viaje fronterizo desde que asumió el cargo en 2021, se reunió con la patrulla fronteriza y otros agentes, antes de pronunciar un discurso instando a los republicanos a dejar de bloquear sus reformas migratorias.
Los republicanos rechazaron la legislación fronteriza propuesta por Biden "simplemente porque el expresidente (Trump) se lo ordenó", dijo la subsecretaria de prensa de la Casa Blanca, Olivia Dalton, a los periodistas en el avión presidencial.
Biden estuvo acompañado por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, quien hace dos semanas fue acusado en la Cámara de Representantes por los republicanos, que adujeron que no cumple con su labor.
Para Trump su postura antiinmigración de línea dura fue fundamental para su identidad política durante años, y prometió el mayor programa de deportación jamás realizado en Estados Unidos si regresa a la Casa Blanca.
"Buen clima, hermoso día pero una frontera muy peligrosa, vamos a cuidarla", dijo a los periodistas el favorito a la nominación presidencial republicana al aterrizar en Eagle Pass.
La campaña de Trump describió la frontera como una "escena del crimen" y dijo que el expresidente "delinearía su plan para poner a Estados Unidos en primer lugar y asegurar la frontera inmediatamente después de asumir el cargo".
Los inmigrantes están "matando a nuestra gente, están matando a nuestro país", en una retórica cada vez más de extrema derecha que lo llevó a decir el año pasado que los inmigrantes estaban "envenenando la sangre" de Estados Unidos, dijo el exmandatario.
Las visitas rivales también subrayaron las visiones radicalmente diferentes de los candidatos sobre la situación en la frontera sur.
El viaje de Biden a Brownsville busca mostrar cómo están funcionando sus medidas fronterizas, en un área donde los llamados "encuentros" de inmigrantes se redujeron en casi una cuarta parte en enero.
Mayorkas dijo que Biden escucharía a los funcionarios fronterizos sobre los "muy pocos recursos que tienen" y cómo la legislación bloqueada por los republicanos les daría los recursos que necesitan.
También defendió que Biden evitara un área donde la crisis era peor, diciendo que Brownsville mostraba cómo la cooperación entre Estados Unidos y México había ayudado a reducir los cruces fronterizos.
"Brownsville ofrece una muy buena visión de cuán dinámico y desafiante es el fenómeno migratorio", dijo Mayorkas a periodistas.
Los republicanos culpan a Biden por el flujo de inmigrantes, mientras que la Casa Blanca dice que el partido de Trump está saboteando deliberadamente un intento bipartidista de encontrar una solución.
Pero las encuestas muestran que el tema es una debilidad para la candidatura de Biden a un segundo mandato, y una sondeo de la emisora estadounidense NBC en febrero mostró que Trump aventaja a Biden por 30 puntos en el tema de la inmigración.
Biden insistió a principios de esta semana en que no había planeado deliberadamente el choque de horarios con Trump, el hombre al que venció en las elecciones de 2020, y dijo que no sabía que su "buen amigo" también iría.
Con información de Télam