El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene plena confianza en su secretario de Defensa, Lloyd Austin, después de que se hiciese público que el jefe del Pentágono ocultó durante días que estaba hospitalizado, aclararon hoy fuentes de la Casa Blanca.
Los hechos se remontan al 22 de diciembre, cuando Austin se sometió a una cirugía.
Volvió a casa un día más tarde, pero en Año Nuevo comenzó a sufrir dolores y fue ingresado en cuidados intensivos, lo que le llevó a transferir sus competencias a su número dos, Kathleen Hicks, pero ni ella ni la Casa Blanca estaban al tanto.
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Hicks estaba preparada para intervenir durante la enfermedad de Austin, y tomó algunas decisiones rutinarias en su nombre durante ese tiempo.
El Departamento de Defensa ha evitado dar detalles sobre su estado de salud por razones de privacidad, pero el propio Austin admitió en un comunicado que "podría haberlo hecho mejor", informó la cadena local CNN y recogió la agencia de noticias Europa Press.
Fuentes de la Casa Blanca citadas por diversos medios han aclarado que Biden no tiene previsto cesar a quien sigue siendo una de las principales figuras de su Gobierno.
El portavoz del Pentágono, Pat Ryder, no dio ningún detalle sobre el procedimiento médico al que se sometió Austin.
En cambio, precisó que fue ingresado en la unidad de cuidados intensivos del hospital "debido a sus necesidades médicas, pero luego permaneció allí en parte por consideraciones de espacio hospitalario y privacidad".
Austin, de 70 años, se encuentra inmediatamente detrás del mandatario demócrata en la cadena de mando del Ejército estadounidense y desempeña un papel central en los numerosos escenarios en los que Estados Unidos está implicado militarmente en todo el mundo, incluyendo el conflicto entre Israel y Hamas, la guerra entre Ucrania y Rusia y los ataques de los hutíes en el mar Rojo.
Lloyd Austin reconoció su responsabilidad por no informar de estado de salud tras conocerse que ni Biden sabía que estaba enfermo y no podía desempeñar sus funciones.
El Pentágono esperó hasta el viernes por la noche para anunciar que Austin había sido internado cuatro días antes "por complicaciones derivadas de un procedimiento médico electivo reciente", una violación del protocolo habitual en un momento en que Estados Unidos está inmerso en la crisis de Medio Oriente.
La cadena NBC News informó de que Austin estuvo en cuidados intensivos durante cuatro días y permaneció en el hospital el sábado.
Austin dijo que "volvería pronto al Pentágono", agradeciendo a los médicos y al personal del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed por los cuidados.
El episodio médico se produjo cuando las tensiones se disparan a causa de la guerra entre Israel y el grupo islamista palestino Hamas, con fuerzas respaldadas por Irán en Yemen que atacan las rutas marítimas, mientras que otras en Irak y Siria hostigan a las tropas estadounidenses con cohetes y aviones no tripulados.
El sitio web Politico fue el primero en informar de que Austin llevaba tres días en el hospital antes de que funcionarios del Pentágono se lo comunicaran al consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, y a otros altos funcionarios de la Casa Blanca.
También comunicó que el Congreso se enteró del tema 15 minutos antes de la declaración pública del viernes por la noche.
El Consejo de Seguridad Nacional remitió el sábado las preguntas al Pentágono, que no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios enviada por correo electrónico.
El senador estadounidense Tom Cotton, miembro republicano del Comité de Servicios Armados, exigió una explicación.
"El secretario de Defensa es el eslabón clave en la cadena de mando entre el presidente y los militares", dijo. "Si este informe es cierto, debe haber consecuencias por este fallo escandaloso", refirió el sábado en una declaración.
Con información de Télam