La mayoría de los palestinos que hacen compras para familias hambrientas no pueden hacer más que mirar las escasas ofertas en los mercados callejeros de la ciudad de Gaza, frustrados porque el aumento de los precios y la escasez de alimentos están dejando los suministros esenciales fuera de su alcance.
Los precios de los productos básicos se han más que cuadriplicado desde que comenzó el conflicto, lo que aumenta la presión sobre las familias ya traumatizadas por la campaña militar de Israel y una crisis humanitaria, sin que se vislumbre un alto el fuego, dicen los residentes de Gaza.
"No tenemos verduras, ni productos cárnicos, ni huevos, ni nada", dijo Abu Issam, un palestino del norte de Gaza. "¿Dónde están los gobiernos? ¿Dónde está la gente? Se supone que deben velar por nosotros, tener piedad de la gente. Déjenme decirles algo: ayer dormí con hambre".
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El precio actual de tres patatas es de 150 shekels (41,01 dólares). Antes de la guerra, un kilo de patatas costaba dos shekels (0,55 dólares), según los habitantes.
Un tarro de miel solía costar 25 shekels (6,84 dólares), ahora se vende por 85 shekels (23,24 dólares), dijeron.
Los residentes dijeron que dependen principalmente de los productos enlatados que llegan a través de la ayuda entregada al territorio, dada la falta de disponibilidad de otros productos alimenticios.
"Ahora estamos pidiendo una uva que solíamos cultivar en nuestras tierra (...) Tu hijo pide dinero para comprar algunas cosas (...) pero ahora ni siquiera 5 shekels para tu hijo son suficientes para comprar ni un solo producto", dijo Abu Anwar Hassanein, residente de Gaza.
Según una evaluación de un organismo de vigilancia del hambre mundial publicada el 25 de junio, en Gaza persiste un alto riesgo de hambruna mientras continúe la guerra y se restrinja el acceso humanitario. La Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC) añadió que más de 495.000 personas en Gaza se enfrentan al nivel más grave y catastrófico de inseguridad alimentaria.
Incluso antes del conflicto, dos tercios de la población vivía en la pobreza y el 45% de la fuerza laboral estaba desempleada. Después de la guerra, la economía de Gaza podría tardar décadas en recuperarse.
"No podemos vivir, no podemos comprar nada. No hay nada, no trabajamos", dijo el trabajador palestino Mohammed al-Katnany.
"Las mujeres embarazadas, ¿cómo pueden criar a sus hijos durante el embarazo? ¿Cómo pueden dar a luz? Las enfermedades están por todas partes", dijo Hassanein.
Según las autoridades sanitarias locales, más de 40.500 palestinos han muerto durante la ofensiva israelí contra Gaza, y el enclave ha quedado devastado. La mayoría de sus 2,3 millones de habitantes han sido desplazados varias veces y se enfrentan a una grave escasez de alimentos y medicinas, según las agencias humanitarias.
La última guerra comenzó después de que militantes de Hamás atacaron el sur de Israel el 7 de octubre, matando a 1.200 personas y tomando más de 250 rehenes, según recuentos israelíes.
(Escrito por Jaidaa Taha; Editado en español por Natalia Ramos.)