Tras más de un año de guerra en Gaza, los pescadores palestinos se reúnen a lo largo de la costa, echando desesperadamente las redes con la esperanza de capturar lo suficiente para sus familias en medio del hambre generalizada.
Desde que Israel inició una ofensiva militar en Gaza tras el ataque de Hamás de octubre de 2023, las restricciones israelíes en las aguas del enclave han hecho la vida casi imposible a los pescadores, que ya no salen al mar y deben permanecer en la orilla.
En Jan Yunis, Ibrahim Ghurab, de 71 años, y Waseem Al Masry, de 24, pescan sardinas en la orilla, frente a un campamento de tiendas y refugios improvisados para desplazados por la guerra.
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"La vida es difícil", dice Ghurab. "Uno intenta conseguir comida. No hay ayuda, ya no recibimos nada. Al principio había algo de ayuda (humanitaria), muy poca, pero ahora ya no hay".
Pescadores como Ghurab y Al Masry luchan a diario para conseguir aunque sea una modesta captura con la que alimentar a sus familias. Rara vez sobra pescado de la captura diaria para vender a otros.
La pesca era una parte importante de la vida cotidiana en Gaza antes de la guerra, ya que ayudaba a la gente a ganarse la vida vendiendo sus capturas diarias en el mercado y a alimentar a la población.
No obstante, la ayuda que llega a Gaza es escasa debido a las restricciones israelíes y a los frecuentes combates, y muchas personas carecen de ingresos. El precio de productos sencillos está fuera del alcance de la mayoría.
"Tenemos que venir aquí y arriesgar nuestras vidas", dijo Al Masry, describiendo los disparos del ejército israelí desde el mar, a los que acusó de apuntar a los pescadores de la playa de Jan Yunis.
(Escrito por Reuters; editado en español por Carlos Serrano)