Los iraníes votaban hoy para renovar el Parlamento y la Asamblea de Expertos, en elecciones que se prevén marcadas por la baja participación y un apoyo para los conservadores, en el Gobierno.
Como marca la tradición en la República Islámica, el líder supremo, el ayatollah Ali Jamenei, marcó el comienzo de los comicios al depositar su voto poco después de las 8 en un colegio electoral en el centro de Teherán.
Más de 61 millones de personas de una población de 85 millones están llamadas a elegir los 290 escaños del Parlamento y los 88 miembros de la Asamblea de Expertos, un órgano clave encargado de designar al líder supremo, reprodujo la agencia de noticias AFP.
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Son las primeras elecciones desde las masivas protestas desencadenadas por la muerte en custodia de la joven Mahsa Amini en 2022, arrestada por presuntamente incumplir el código de vestimenta que obliga a llevar el velo.
También llegan en un momento de dificultades económicas por la elevada inflación y las sanciones estadounidenses contra Teherán y en plenas tensiones geopolíticas por la guerra entre Israel y los islamistas palestinos de Hamas.
Sin embargo, el interés es bajo entre la población, a juzgar por el último sondeo de la televisión estatal, en el que solo 41% de los encuestados dijo que iba a participar.
En las últimas legislativas de 2020, en medio de la pandemia, solo 42,57% de electores votaron, la peor tasa de participación desde la Revolución Islámica de 1979.
El ayatollah Jamenei pidió al cierre de la campaña unas "elecciones fuertes y fervientes" porque "es importante mostrar al mundo que la nación está movilizada".
Esta mañana, después de votar, insistió en el mismo mensaje: "Observadores de todos lados siguen los asuntos de nuestro país, hagan felices a los amigos (de Irán) y decepcionen a quienes nos deseen lo peor".
Para el poder iraní, la participación es una prueba de legitimidad en la escena internacional, marcada por fuertes tensiones regionales desencadenadas por la guerra en Gaza.
"Los enemigos de Irán quieren ver si el pueblo está presente" porque, en caso contrario, "amenazarán vuestra seguridad de una forma u otra", dijo a la población el líder supremo.
El jefe de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, Hossein Salami, afirmó que "cada voto es como un misil disparado al corazón de nuestros enemigos más fuertes".
Los resultados de la votación se esperan el domingo o el lunes, pero difícilmente perturbarán la balanza de fuerzas en el Parlamento, donde conservadores y ultraconservadores disponen de más de 230 de los 290 escaños.
Los candidatos deben ser aprobados por un consejo cuyos miembros son nombrados o autorizados por el líder supremo. En esta ocasión dieron luz verde a 15.200 aspirantes de los 49.000 que se postularon.
Como en los últimos comicios de 2020, numerosos candidatos de formaciones centristas, reformistas y moderadas fueron descalificados en el proceso.
La coalición Frente de las Reformas desistió de participar en unas "elecciones sin sentido, no competitivas e inútiles".
El expresidente reformista Mohammad Jatami dijo el mes pasado que Irán estaba "muy lejos de unas elecciones libres y competitivas", según una cita aparecida en el diario conservador Javan.
Los conservadores mantendrán con toda probabilidad su firme control sobre la Asamblea de los Expertos, conformada únicamente por académicos islámicos varones.
En total se presentan 144 candidatos, pero muchos de los aspirantes también fueron descalificados, entre ellos el expresidente moderado Hasan Rohani.
Con información de Télam