Tres bomberos portugueses murieron el martes en una de las decenas de incendios forestales que asolan las regiones del centro y el norte del país, con lo que el número de víctimas mortales de los últimos incendios forestales subió a siete personas desde el sábado, informaron las autoridades.
Portugal está luchando contra más de 50 incendios forestales activos en su territorio continental y ha movilizado a unos 5.300 bomberos, además de pedir ayuda a la Unión Europea.
Las autoridades han cerrado varias autopistas, entre ellas un tramo de la principal vía de comunicación entre Lisboa y Oporto, y han suspendido las conexiones ferroviarias en dos líneas del norte de Portugal.
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El comandante de la autoridad de protección civil ANEPC, Andre Fernandes, dijo a periodistas que tres bomberos de la brigada de Vila Nova de Oliveirinha habían muerto mientras luchaban contra un incendio en Nelas, una ciudad a unos 300 kilómetros al noreste de Lisboa.
Imágenes de Reuters mostraron durante la noche a residentes locales vertiendo cubos de agua sobre las llamas que avanzaban cerca de Nelas.
El segundo de Fernandes, Mario Silvestre, dijo que la situación general estaba "más tranquila, pero todavía (era) preocupante y compleja... con muchos pueblos y asentamientos afectados, y los equipos muy dispersos por este centro de operaciones".
Portugal y la vecina España han registrado menos incendios de lo habitual tras un comienzo de año lluvioso, pero ambos países siguen siendo vulnerables a las condiciones cada vez más calurosas y secas, que los científicos adjudican al calentamiento global.
Con información de Reuters