Gobierno de EEUU acusa a Texas de bloquear el patrullaje fronterizo con la instalación de alambres

13 de enero, 2024 | 10.01

El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó en las últimas horas a Texas de haber impedido el ingreso de una patrulla fronteriza a un sector limítrofe con México, en medio de renovadas tensiones con este estado liderado por un gobernador republicano.

El gobernador de Texas Greg Abbott, simpatizante del expresidente Donald Trump, desafía abiertamente la autoridad del Gobierno del demócrata Joe Biden, al que acusa de haber causado una crisis migratoria en la frontera.

En diciembre, un tribunal federal de apelaciones prohibió a la patrulla fronteriza dañar el alambre de púas instalado por Texas cerca de la ciudad de Eagle Pass, en el Río Grande (llamado Río Bravo en México), a no ser que lo justifique una emergencia médica.

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El Departamento de Justicia acudió a la Corte Suprema para intentar revocar esta sentencia, pero esta semana la Guardia Nacional de Texas comenzó a instalar más alambre de púas, afirmó la asesora jurídica del Gobierno de Biden, Elizabeth Prelogar, en un recurso enviado ayer a la máxima instancia judicial del país, informó la agencia de noticias AFP.

"Los nuevos alambres, cercas y puntos de acceso bloqueados prohíben efectivamente a los agentes de la patrulla fronteriza acceder o acercarse a la frontera a lo largo de este tramo" de 4 kilómetros, afirmó Prelogar en el documento, acompañado de fotos.

En este tramo figura la zona de Shelby Park donde se encuentra una rampa para botes desde donde la patrulla fronteriza lanza sus lanchas y un "área de preparación" donde comienza a inspeccionar a los migrantes que intercepta en el lugar, precisa.

Además, se queja de que los agentes no pueden colocar camiones móviles de vigilancia, lo que les resta visibilidad.

De este modo, Texas ha impedido que la patrulla fronteriza "vigile la frontera para determinar si un migrante requiere ayuda de emergencia", advirtió la asesora jurídica.

Prelogar dijo que es una "escalada de medidas por parte del estado de Texas para bloquear la capacidad de la patrulla fronteriza de patrullar o incluso vigilar la frontera y estar en condiciones de responder a emergencias" y volvió a pedir que se anule la decisión de la corte de apelaciones.

En medio de esta situación, Texas redobló su apuesta con el anuncio, ayer, de que desde abril de 2022 ha enviado a 101.000 solicitantes de asilo en colectivos a ciudades declaradas "santuarios" por los inmigrantes, entre ellas Chicago y Nueva York.

Nueva York y Chicago, que recibieron 37.100 migrantes y 31.000 respectivamente, tomaron medidas para limitar la entrada de esos contingentes debido a que ya no están pudiendo asistir a esas personas.

El alcalde neoyorquino, el demócrata Eric Adams, impuso un decreto para que la entrada de esos contingentes se limite a ser de lunes a viernes por la mañana, imponiendo castigos a quienes no lo cumplan.

Algo parecido a lo que ocurrió en Chicago, lo que no frenó a Abbot, quien envió esos contingentes a ciudades demócratas cercanas.

Abbot, que acusa a Biden de tener una política de fronteras abiertas, está en el ojo del huracán por unas declaraciones realizadas en un programa de radio conducido por una exvocera de la Asociación Nacional del Rifle (NRA).

"Desplegamos todas las herramientas y estrategias que podemos", dijo. "Lo único que no estamos haciendo es disparar a la gente que cruza la frontera porque, por supuesto, la administración Biden nos acusaría de asesinato", agregó en la entrevista que se hizo viral.

En un comunicado, la cancillería mexicana afirmó ayer que "reprueba y expresa su absoluta preocupación a cualquier tipo de expresión que inste a actos violentos y a la deshumanización de la comunidad migrante".

No es el primer desencuentro entre Abbott y México. 

El país latinoamericano ya protestó por las boyas y el alambre de púas colocados en el río Grande y por una ley de Texas que criminaliza a los migrantes que entren de manera irregular en ese estado fronterizo al permitir detenerlos.

La crisis migratoria provoca fuertes tensiones entre los republicanos y los demócratas en Estados Unidos, que van en aumento a medida que se acercan las elecciones presidenciales de noviembre.

Trump, posible rival de Biden en esos comicios, arremete contra los migrantes en casi todos sus actos de campaña para la nominación republicana y ha llegado a decir que "envenenan la sangre" de Estados Unidos.

Tanto Abbott como Trump son partidarios de levantar un muro a lo largo de la frontera con México y de expulsar masivamente a los migrantes, muchos de ellos latinoamericanos que huyen de la violencia y la pobreza.

Con información de Télam