El expresidente francés Nicolas Sarkozy (2007-2012) fue imputado hoy en el marco de una investigación por posible manipulación de testigos, en un nuevo caso en su contra de una larga lista que incluye la financiación de sus campañas proselitistas.
Tras 30 horas de interrogatorio en cuatro días, los jueces imputaron a Sarkozy por encubrimiento de manipulación de testigos y conspiración para obstruir la justicia, indicó una fuente judicial.
El caso contra el exmandatario de 68 años, que sigue siendo una figura influyente en la derecha francesa, está relacionado con las acusaciones de que recibió dinero del entonces presidente libio Muammar Kaddafi para financiar su campaña electoral de 2007.
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El juicio por la financiación libia de la campaña que lo llevó al poder está previsto para principios de 2025.
Esta decisión allana el camino para un nuevo juicio en su contra después de que fuera condenado en mayo pasado a tres años de prisión, dos exentos de cumplimiento, por un delito de corrupción y tráfico de influencias cometido en 2014.
Previamente, será juzgado en noviembre en apelación por la financiación ilegal de su campaña en las elecciones de 2012, cuando fue derrotado por el socialista François Hollande.
En el nuevo caso, los jueces reparan en el cambio de declaración de un testigo clave, el empresario y traficante de armas franco-libanés Ziad Takieddine, que afirmó haber entregado cinco millones de euros (unos 5,3 millones de dólares al cambio actual) en efectivo en 2006 y 2007.
Pero en 2020 se retractó repentinamente, levantando sospechas de que Sarkozy podría haberlo presionado para que cambiara de opinión.
Al menos otras nueve personas son sospechosas de haber participado en estas maniobras, entre ellas Mimi Marchand, considerada como la reina de los paparazzi en Francia y cercana al actual presidente, Emmanuel Macron, y a su esposa Brigitte.
Los jueces consideran que tienen suficientes indicios de que Sarkozy participó en las acciones efectuadas por estos sospechosos, posiblemente dándoles su consentimiento.
En el primer semestre de 2021, algunos de los acusados habrían intentado obtener una prueba sobre la falsedad de un polémico documento libio publicado por la prensa durante la presidencial de 2012 sobre financiación.
El exdignatario conservador también fue condenado en primera instancia y en apelación por corrupción y tráfico de influencias, en un caso sobre el intento de influir en un juez.
Sarkozy siempre ha negado cualquier irregularidad y, desde la apertura de las pesquisas, cuestionó incluso que se lo pueda juzgar, apelando a la inmunidad presidencial.
Los abogados de Sarkozy, que suele apelar las condenas, indicaron en un comunicado que su cliente "defenderá su honor" también en este último caso, consignó el influyente vespertino Le Monde y las agencias de noticias AFP y Europa Press.
Con información de Télam
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