El exdiplomático de Estados Unidos Manuel Rocha, que entre otros destinos estuvo tres años a cargo de la embajada de ese país en la Argentina, se declaró no culpable de haber espiado para Cuba durante cuatro décadas, delito que se le imputó a fin de 2023, informó hoy la prensa internacional.
Además, Rocha renunció a su derecho a asistir a la lectura de los cargos, prevista para este viernes en un tribunal federal de Miami, de acuerdo con un documento enviado a esa corte por él, con su firma, según la agencia de noticias AFP.
Rocha, estadounidense de 73 años nacido en Colombia, apoyó en secreto a la República de Cuba y su misión clandestina de recopilación de información de inteligencia contra Estados Unidos desde alrededor de 1981 hasta su detención a principios de diciembre pasado, informó entonces el fiscal general, Merrick Garland.
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La tarea de Rocha fue una de las infiltraciones de mayor alcance y duración en el gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero, dijo aquella vez Garland, en un comunicado publicado tras el arresto del presunto espía.
Para ayudar al gobierno comunista de Cuba, enemigo acérrimo de Washington, el acusado trabajó entre 1981 y 2002 en el Departamento de Estado, donde ocupó cargos que le dieron acceso a información no pública de alto nivel, incluida información clasificada, así como la capacidad de influir en la política exterior estadounidense, según el fiscal general.
A fines de la década de los 80, Rocha fue subdirector de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, y entre 1997 y 2000 estuvo al frente de la embajada en la Argentina -aunque no con el rango de embajador, sino como encargado de negocios-, tras la salida de James Cheek y hasta la designación de James Walsh.
Inmediatamente después fue embajador en Bolivia, donde causó una gran polémica al amenazar con retirar la ayuda estadounidense al combate boliviano a las drogas si el sindicalista cocalero de izquierda Evo Morales ganaba las elecciones de 2002 y permaneció en el cargo hasta mediados de ese año.
Rocha admitió haber trabajado para Cuba durante 40 años en varias reuniones mantenidas en 2022 y 2023 con un agente encubierto del FBI que se hacía pasar por un representante de la Dirección General de Inteligencia de Cuba.
Durante sus conversaciones con ese agente, Rocha celebró su actividad como agente de la inteligencia cubana, y se refirió una y otra vez a Estados Unidos como el enemigo y a sus contactos cubanos como compañeros, según el fiscal.
La Fiscalía lo acusa de conspirar para actuar como agente de un gobierno extranjero; actuar como agente de un gobierno extranjero sin el consentimiento previo de su administración, y utilizar un pasaporte estadounidense obtenido mediante declaraciones falsas.
Con información de Télam