Los partidos de centro de España contuvieron una oleada de extrema derecha en las elecciones al Parlamento Europeo del domingo que está sacudiendo a los Gobiernos de los países vecinos, ayudando a reforzar la posición del primer ministro Pedro Sánchez como una de las principales figuras del centro-izquierda europeo.
El Partido Popular (PP), de centroderecha, y los socialistas de Sánchez (PSOE) obtuvieron dos tercios de los votos, frente a aproximadamente la mitad en 2019, logrando 42 de los 61 escaños disponibles. Aunque el peso del partido antiinmigración Vox subió desde el 6,2% de 2019 al 9,6%, retrocedió respecto a las elecciones generales del año pasado, cuando obtuvo el 12,4%.
Los avances de la extrema derecha fueron importantes en otros lugares de Europa, y llevaron en Francia al presidente Emmanuel Macron a convocar unas elecciones legislativas anticipadas, mientras que los socialdemócratas del canciller alemán Olaf Scholz sufrieron su peor resultado histórico.
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También perdieron terreno los aliados de izquierda de Sánchez, Sumar, por lo que el resultado representa un retorno hacia un sistema bipartidista después de una década de política fragmentada en España, dijo Ignacio Molina, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid.
"España está en buenas condiciones en el nuevo Parlamento Europeo", dijo Molina. "Es el único país miembro cuyos dos principales partidos son europeístas".
El PP de Alberto Núñez Feijóo ganó terreno con respecto a las elecciones generales del año pasado: su partido ganó un punto porcentual con respecto a esos comicios.
Feijóo había pedido que las elecciones a la UE fueran un plebiscito sobre Sánchez, criticado por algunos españoles por conceder una polémica amnistía a los separatistas catalanes a cambio de apoyo parlamentario a su candidatura a otro mandato como presidente del Gobierno.
Feijóo dijo que los resultados del PP eran los mejores en 25 años en Europa y afirmó que "siempre que el Partido Popular ha ganado unas elecciones europeas ganó las siguientes generales".
Pero el PP no logró asestar un golpe de gracia a sus principales rivales, mientras Sánchez ha soportado un año de complicadas negociaciones con los nacionalistas catalanes y acusaciones de corrupción contra su esposa que le llevaron a plantearse dimitir.
"Es una victoria clara del PP, pero no una derrota apabullante para el PSOE", dijo Pablo Simón, politólogo de la Universidad Carlos III de Madrid.
Sánchez felicitó a sus rivales a primera hora del lunes, pero celebró los resultados de su partido.
"El PSOE se convierte en la única opción de gobierno capaz de hacer frente a la ola ultraderechista que recorre Europa y España", dijo.
A medida que los partidos tradicionales de España ganaban en votos, sus partidos a su izquierda y derecha sufrieron una dilución de sus apoyos frente a otras formaciones competidoras.
"Se acabó la fiesta", el nuevo partido de Alvise Pérez, un influencer de las redes sociales, surgió como competencia en la extrema derecha, ganando el 4,5% de los votos con una campaña para acabar con la corrupción en la política, en lo que podría ser una "reconfiguración del espacio a-la-derecha-del-PP, como ya ha pasado en otros países de la UE", escribió en una nota la consultora beBartlet con sede en Madrid.
En la izquierda, Sumar, socio de coalición de los socialistas, vio cómo algunos de sus votos se iban a Podemos, otro partido de izquierda que rompió con Sumar tras las elecciones nacionales del año pasado.
(Reportaje adicional de Inti Landauro; redacción de Charlie Devereux; editado en español por Natalia Siniawski)