Begoña Gómez, la esposa del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, negó el miércoles las acusaciones de corrupción y tráfico de influencias vinculadas a su negocio de enseñanza en su primer testimonio ante un tribunal desde que se inició una investigación en abril.
La investigación, junto con otro caso de corrupción que supuestamente implica a un exministro, ha llevado a la oposición a pedir la dimisión de Sánchez y ha aumentado la polarización política en España, donde dirige un gobierno de izquierdas en minoría.
En la comparecencia a puerta cerrada, Gómez sólo respondió a las preguntas formuladas por su abogado, Antonio Camacho, exministro del Interior.
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En una ocasión anterior, en julio, Gómez compareció ante el juez instructor, Juan Carlos Peinado, pero se negó a declarar, al igual que su marido.
Las diligencias forman parte de una investigación sobre si Gómez utilizó su posición de esposa del presidente del Gobierno para conseguir patrocinadores para un máster universitario que ella dirigía, con lo que se saltaba un proceso de licitación pública. No ha sido acusada de ningún delito.
"Mi cliente ha declarado, y es lo que quería desde el mismo inicio del procedimiento porque no tiene nada que esconder. Si no declaró antes es porque había una indefinición acerca de lo que se estaba investigando", dijo Camacho a los periodistas tras la vista.
Dijo que Gómez había "explicado que nunca conoció la existencia de esos procesos de licitación pública" y que "no intervino en absoluto" ni tuvo conocimiento de ellos cuando se adjudicaron.
También dijo que las reuniones que pudo haber mantenido para hablar del curso universitario en la residencia oficial del presidente del Gobierno se debieron a las restricciones de movilidad durante la pandemia del COVID-19, por lo que tuvo que reunirse con esas personas en su casa.
El caso fue denunciado a título particular por Manos Limpias, un grupo de activistas contra la corrupción dirigido por Miguel Bernad, abogado y político que se ha presentado como candidato por un partido de extrema derecha a las elecciones europeas. Más tarde se unieron varios más.
Sánchez, socialista, ha rechazado en repetidas ocasiones las acusaciones contra su esposa calificándolas de infundadas y orquestadas por enemigos políticos de derechas.
A finales de abril, Sánchez se tomó un descanso de cinco días en sus funciones para sopesar si dimitía o no después de que el tribunal abriera la investigación, pero finalmente decidió quedarse.
Con información de Reuters
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