Dos atentados con bombas sacudieron hoy las oficinas de candidatos electorales en el sudoeste de Pakistán y mataron al menos a 26 personas e hirieron a otras 47, informaron autoridades, un día antes de la celebración de comicios legislativos y regionales.
La campaña electoral se han visto manchadas por la violencia y acusaciones de fraude tras el encarcelamiento del ex primer ministro y ganador de los comicios de 2018, Imran Khan, cesado por el Parlamento cuatro años después en una moción de censura.
El primer ataque ocurrió frente a la oficina de un candidato independiente en el distrito de Pishin, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Quetta, la capital de la conflictiva región de Baluchistán, dijeron autoridades.
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La policía de Quetta y el ministro de Información de esta provincia, Jan Achakzai, dijeron que el balance de la detonación fue de 15 muertos y 25 heridos.
Una segunda explosión tuvo lugar cerca de la oficina de un candidato del partido islamista Jamiat Ulema-e-Islam-F en la ciudad de Killa Saifullah, unos 120 kilómetros más al este.
Autoridades dijeron que 11 personas murieron y otras 12 fueron heridas, informó la agencia de noticias AFP.
Más de medio millón de agentes de seguridad se empezaron a desplegar el miércoles, en vísperas de las elecciones, mientras las autoridades distribuían las papeletas de voto por los más de 90.000 colegios electorales del país.
En la campaña ha habido numerosos incidentes de seguridad, con al menos dos candidatos asesinados y decenas que han sido blancos de ataques.
Las votaciones comienzan mañana a las 8, con casi 18.000 candidatos para los 266 escaños elegidos directamente en el Parlamento nacional y los 749 de las cuatro asambleas provinciales.
Los atentados se cometieron a pesar del despliegue de decenas de miles de policías y fuerzas paramilitares en todo Pakistán para garantizar la paz tras un reciente aumento de los ataques de grupos armados en el país, especialmente en Baluchistán.
El proscrito Ejército de Liberación de Baluchistán ha estado detrás de múltiples ataques contra las fuerzas de seguridad, incluido un ataque del 30 de enero contra instalaciones de seguridad en el que murieron seis personas.
En los últimos años, Pakistán ha luchado por frenar el aumento de la militancia islamista o separatista. Los talibanes paquistaníes y otros grupos armados también tienen una fuerte presencia en la provincia de Baluchistán y han atacado a civiles en los últimos años.
La provincia rica en gas en la frontera entre Afganistán e Irán ha sido escenario de una insurgencia de bajo nivel por parte de nacionalistas baluches durante más de dos décadas.
Los nacionalistas baluches inicialmente querían una parte de los recursos provinciales, pero luego iniciaron una insurgencia por la independencia.
La violencia antes de las elecciones y el día de las elecciones es común en Pakistán.
En uno de los peores ataques de este tipo, la dos veces ex primera ministra Benazir Bhutto murió en un ataque con armas de fuego y bombas en 2007, pocos minutos después de pronunciar un discurso en un acto electoral en la ciudad de Rawalpindi.
Su hijo, Bilawal Bhutto-Zardari, dirigió la campaña de su Partido Popular de Pakistán hasta el martes por la noche en medio de estrictas medidas de seguridad.
Con información de Télam