SpaceX está en conversaciones con funcionarios estadounidenses y australianos para aterrizar y recuperar uno de sus cohetes Starship frente a la costa de Australia, un posible primer paso hacia una mayor presencia de la empresa de Elon Musk en la región a medida que los dos países refuerzan sus lazos de seguridad, según tres personas familiarizadas con los planes.
Desde que un cohete Starship hizo un amerizaje controlado por primera vez en junio en el Océano Índico, SpaceX ha estado ansioso por ampliar su campaña de pruebas. El éxito de los aterrizajes y la recuperación posterior de los propulsores son elementos importantes del rápido desarrollo del cohete gigante y reutilizable diseñado para lanzar satélites a órbita y llevar astronautas a la Luna.
El plan consistiría en lanzar el Starship desde unas instalaciones de SpaceX en Texas, aterrizarlo en el mar frente a la costa australiana y recuperarlo en territorio australiano. Según las fuentes, que hablaron bajo condición de anonimato, para obtener el permiso sería necesario flexibilizar los controles de exportación de Estados Unidos sobre sofisticadas tecnologías espaciales con destino a Australia.
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El Gobierno del presidente Joe Biden ya ha intentado suavizar restricciones similares en la alianza de seguridad AUKUS, una agrupación de Estados Unidos, Australia y Reino Unido destinada a contrarrestar a China.
SpaceX, la Fuerza Espacial de Estados Unidos y la Agencia Espacial Australiana no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios.
Remolcar el Starship, después de que haya aterrizado en el océano o en una barcaza, a un puerto cercano en las costas occidentales o septentrionales de Australia sería lo ideal, aunque todavía se están discutiendo planes y ubicaciones más específicas, dijeron las fuentes.
Las conversaciones subrayan la determinación de Estados Unidos de ayudar a Australia a reforzar su ejército como elemento disuasorio frente a una China cada vez más asertiva en la región.
El acuerdo propuesto por SpaceX daría más confianza a un estrecho aliado estadounidense que durante años ha tratado de ampliar su programa de defensa espacial, reforzar los lazos espaciales civiles y militares con Estados Unidos y estimular su propia base industrial espacial.
Las conversaciones mantenidas en las últimas semanas entre los ejecutivos de SpaceX y funcionarios estadounidenses y australianos se han centrado en los obstáculos reglamentarios para llevar a tierra un cohete Starship recuperado en un país extranjero, dijeron las fuentes. Debido a que las conversaciones están en curso, el momento de cualquier aterrizaje del Starship en Australia sigue sin estar claro.
Las fuentes dijeron que los aterrizajes de prueba propuestos probablemente serían la primera fase de una futura presencia australiana más amplia para SpaceX, que podría incluir el lanzamiento desde una instalación en el continente o el aterrizaje de un cohete Starship en tierra en lugar de en el océano, aunque las conversaciones sobre estas posibilidades están en sus primeras etapas.
Con información de Reuters