El presidente de México, Andrés López Obrador, afirmó hoy que evitará fotografiarse junto a su par de Perú, Dina Boluarte, en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), al que ambos asistirán la semana próxima en San Francisco, Estados Unidos.
El mandatario hizo esa declaración en el contexto de una tensa relación entre ambos gobiernos y tras el escándalo provocado en Perú por fotografías de Boluarte en otra cumbre reciente, que Lima presentó como reuniones bilaterales con otros mandatarios.
Ojalá y no tenga yo que tomarme la foto, no lo deseo, se lo digo así con todo mi cariño, digo, con mi buena fe, no quiero tomarme una foto con la presidenta de Perú, dijo López Obrador en su conferencia de prensa matutina en el Palacio Nacional.
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O sea, no, yo no voy a ir a buscarla para tomarme una foto, pero no se rompieron las relaciones; sin embargo, el trato que le dieron a nuestro embajador pues fue grosero, humillante, agregó, según la versión taquigráfica publicada por la Presidencia mexicana en su sitio web.
Los roces entre ambos mandatarios comenzaron en diciembre del año pasado, cuando Boluarte sucedió a Pedro Castillo, destituido por el Congreso de que intentara cerrarlo e instalar un gobierno excepcional con supresión de garantías constitucionales.
Castillo fue detenido cuando se dirigía a la embajada de México en Lima, que había dispuesto todo para refugiarlo junto a su familia, y desde entonces está preso.
La administración de Boluarte expulsó entonces al embajador mexicano, Pablo Monroy, y poco después retiró al suyo de México, Manuel Talavera.
Mientras tanto, el Congreso peruano autorizó hoy a Boluarte a viajar a San Francisco para participar de la cumbre de la APEC, que se efectuará entre el miércoles y el viernes de la semana próxima, según la agencia de noticias AFP.
Lo hizo cuando aún no se habían acallado los ecos del incidente provocado por el viaje de Boluarte a Washington para participar de la cumbre de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas (APEP).
El escándalo se desató al conocerse que Boluarte no mantuvo una reunión bilateral con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, porque nunca estuvo programada por la Casa Blanca, pese a que el gobierno peruano la dio por segura al pedir autorización al Congreso para el viaje de la mandataria.
El episodio se saldó el lunes con las renuncias de la canciller, Ana Gervasi, y el embajador en Washington, Gustavo Meza-Cuadra.
Asimismo, el Congreso y la prensa peruana ya habían cuestionado al Ejecutivo por presentar fotos circunstanciales de Boluarte con otros mandatarios como si hubieran sido tomadas en encuentros bilaterales que en realidad no se produjeron.
Con información de Télam