Los negociadores de las instituciones de la Unión Europea acordaron el martes retrasar por un año la ley que prohibirá la importación de materias primas vinculadas a la deforestación, pero sin los cambios propuestos por los legisladores de la UE.
La Comisión Europea propuso en octubre un aplazamiento de 12 meses, hasta el 30 de diciembre de 2025, tras las quejas de 20 países de la UE, algunas empresas y países como Brasil e Indonesia. Los Gobiernos de la UE respaldaron la medida.
Sin embargo, los legisladores de la UE votaron el mes pasado no solo a favor de retrasar la regulación sobre deforestación, sino también a favor de suavizarla proponiendo una nueva categoría de países "sin riesgo" con controles muy reducidos. Estos países serían principalmente miembros de la UE.
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Los negociadores de los Gobiernos y legisladores de la UE se reunieron a última hora del martes y acordaron el retraso de 12 meses, pero sin cambios en las normas vigentes.
Los grandes operadores y comerciantes tendrán que respetar las obligaciones a partir del 30 de diciembre de 2025, y las pequeñas empresas seis meses después, un retraso pensado para que las compañías de todo el mundo puedan adaptarse.
La comisión se comprometió a evaluar si podrían simplificarse los requisitos para los países que aplican prácticas de gestión forestal sostenible.
También se aplicará una "pausa de emergencia" si el sistema en línea para las empresas no está plenamente operativo a finales de diciembre de 2025 o si la clasificación por países no se publica al menos seis meses antes.
El Partido Popular Europeo, el mayor grupo parlamentario, que presionó para que se introdujeran más cambios, acogió con satisfacción los añadidos.
El grupo de Los Verdes calificó el compromiso de un aplazamiento sin enmiendas de "victoria parcial pero significativa".
La regulación pretende eliminar la deforestación de las cadenas de suministro de carne de vacuno, soja, madera, cacao, aceite de palma, café y caucho que se venden en Europa, para que los consumidores de la UE no contribuyan a la destrucción de bosques desde el Amazonas hasta el Sudeste Asiático.
Se ha considerado un hito en la lucha contra el cambio climático, pero los países con mercados emergentes, desde Brasil a Indonesia, afirman que es proteccionista y podría excluir del mercado de la UE a millones de pequeños agricultores pobres.
Con información de Reuters