(Agrega condena del G7) Corea del Norte afirmó hoy que su líder Kim Jong-un examinó imágenes de bases estadounidenses en la isla de Guam, en el Pacífico, que fueron tomadas por el nuevo satélite de vigilancia lanzado ayer, lo que agravó tensiones con Corea del Sur y Japón, y generó una fuerte condena de Estados Unidos y del G7.
La puesta en órbita del satélite Malligyong-1 anunciada ayer por Corea del Norte constituye un desafío a las resoluciones de la ONU que prohíben al país comunista el uso de tecnologías de misiles balísticos.
Kim "observó las fotos aeroespaciales de la base aérea de Anderson, el puerto de Apra y otras importantes bases militares de las fuerzas estadounidenses tomadas en el cielo de Guam, en el Pacífico", indicó la agencia de noticias oficial norcoreana KCNA.
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El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, "condenó firmemente el lanzamiento" del satélite, informó su portavoz, Farhan Haq.
"Cualquier lanzamiento de Corea del Norte que utilice tecnología de misiles balísticos es contraria a las resoluciones del Consejo de Seguridad", agregó.
Tras el lanzamiento, KCNA anticipó que Corea del Norte prevé lanzar otros satélites "en el corto plazo".
Advirtió que lejos de renunciar a este tipo de operaciones, Kim sostiene que su Gobierno necesita contar con más satélites de este tipo para mejorar su capacidad militar y garantizar la eficiencia de futuros ataques.
"El lanzamiento de un satélite de reconocimiento es un derecho legítimo de la RPDC (República Popular Democrática de Corea) para reforzar sus capacidades de autodefensa", subrayó el medio estatal, informó la agencia de noticias AFP.
Corea del Sur reaccionó al episodio anunciando que retomará las operaciones de vigilancia en la frontera con Corea del Norte, suspendidas en 2018 en el marco de un acuerdo para reducir las tensiones militares.
El lanzamiento también fue condenado por Japón, Estados Unidos y el foro político intergubernamental G7, en un momento en que el reciente acercamiento entre Corea del Norte y Rusia preocupa a Washington y sus aliados en la región.
Según Corea del Sur, Estados Unidos y el Reino Unido, Corea del Norte suministra armas a Moscú a cambio de tecnologías espaciales rusas.
Más tarde, los países del G7 también rechazaron "contundentemente" el lanzamiento y alertaron que esto supone una "grave amenaza para la paz y la seguridad en la región".
Sus integrantes, Estados Unidos, Alemania, Canadá, Francia, Reino Unido, Italia y Japón advirtieron en un comunicado que cualquier lanzamiento de este tipo de tecnología, "incluso si se trata de supuestos satélites de reconocimiento militar, violan gravemente las relaciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas", según un comunicado del grupo.
"Reiteramos nuestro llamamiento a una desnuclearización total de la península de Corea y exigimos que Corea del Norte abandone completamente sus armas nucleares, los programas nucleares existentes y cualquier otro tipo de programas de armas de destrucción masiva y de misiles balísticos", subraya el texto, que pide que estas medidas se lleven a cabo de manera "verificable e irreversible".
Además, afirmaron que Corea del Norte no puede seguir en posesión de este tipo de armas en virtud del Tratado de No Proliferación Nuclear, consignaron las agencias de noticias Europa Press y Sputnik.
Corea del Norte había fracasado en otros dos intentos previos de lanzar un satélite, en mayo y en agosto, pero lo logró a la tercera, tras utilizar un nuevo tipo de cohete especial.
Como represalia por el último desafío, el Gobierno surcoreano ya anunció la suspensión parcial del tratado intercoreano de 2018.
Corea del Norte alega que tiene un derecho "legítimo" a reforzar sus propias capacidades frente a posibles amenazas derivadas precisamente de la alianza entre Seúl y Washington.
Con información de Télam