La 28 Conferencia de las Partes (COP28) comienza mañana en Dubai con una agenda marcada por los resultados desalentadores del primer balance hecho por la ONU sobre el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París de 2015 para reducir el calentamiento global y con la meta de avanzar en la descarbonización, impulsar las energías renovables y obtener más financiación para la transición energética.
La cita celebrada bajo el auspicio de Naciones Unidas tendrá el jueves su sesión de apertura, en la que los principales líderes mundiales harán sus discursos ante el pleno de la conferencia, para abrir paso, el 3 de diciembre, a dos semanas de negociaciones que está previsto culminen el martes 12, aunque podría extenderse por más días, tal como ocurrió en ediciones anteriores.
Más de 70.000 personas acudirán a Dubai, entre ellas varios líderes mundiales, aunque los presidentes de las dos naciones que más contaminan, China y Estados Unidos, faltarán a la cita, lo que anticipa que no habrá grandes acuerdos.
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El mandatario estadounidense Joe Biden, que estuvo presente en las últimas dos conferencias, se ausentará esta vez y su representante en la COP será el enviado climático John Kerry.
El papa Francisco, que había confirmado su presencia, canceló por problemas de salud.
Quien sí acudirá a la cita es el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien llegará a Dubai con una propuesta de protección de los bosques, al tiempo que mostrará sus progresos en el combate de la deforestación de la Amazonia, el principal pulmón del mundo.
"Necesitamos que todos desempeñen su papel en un esfuerzo global que transforme nuestro rumbo actual e impulse las soluciones en todas las negociaciones y la Agenda de Acción", expresó en la Carta a las Partes el presidente de la COP28, el ministro de Industria de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Sultan Ahmed al Jaber.
Al Jaber, que es también director ejecutivo de Adnoc, la empresa petrolera y gasística estatal de EAU, negó hoy querer usar su posición para promover proyectos petroleros de su país en el extranjero, tal como afirman documentos revelados esta semana por la cadena de noticias británica BBC.
"¿Ustedes piensan que Emiratos Árabes Unidos o yo necesitamos de la COP o de la presidencia de la COP para establecer acuerdos o relaciones comerciales?", preguntó a un grupo de periodistas durante un evento en la sede de la COP28, en vísperas de su inauguración.
El episodio, sin embargo, no se espera que empañe el evento anual, en el que, pese a los esfuerzos de técnicos y defensores del cuidado del ambiente, todavía no ha sido posible que la resolución final lleve una alusión clara al fin del uso y explotación de los combustibles fósiles.
Desde 1995, cuando se realizó la primera COP, en Berlín, han sido muy pocos los avances debido a la falta de voluntad de los Estados para cumplir sus promesas.
El primer acuerdo relevante se consiguió en 2015, en la COP21 de París, cuando los participantes sellaron un compromiso para limitar el aumento de la temperatura global a fin de siglo a entre 1,5 y 2 °C respecto a los niveles preindustriales y activar medidas de adaptación.
Pero tras ocho años de promesas de reducción de emisiones de CO2 y de descarbonización, un primer informe de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Unfcc) dado a conocer septiembre reveló que el panorama no es alentador.
Los expertos de la ONU indicaron en su informe que la aplicación completa de los planes nacionales actuales llevaría a un incremento de la temperatura de entre los 2,1 y 2,8 °C para fin de siglo, con respecto a la era preindustrial.
Para cumplir la meta de los 1,5 °C, las emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial deberían caer un 43% en 2030 con respecto a las de 2019, mientras que para alcanzar la meta de los 2 grados, la reducción para finales de esta década debería ser del 27%.
Los países deberán ahora hacer una evaluación y decidir qué pasos dar para encauzar la situación.
Además del balance del Acuerdo de París, la Presidencia de la COP28 planteó "cuatro cambios de paradigma" o cuatro ejes en los que trabajarán las delegaciones: acelerar la transición energética y reducir las emisiones para 2030, financiar la acción climática, situar en el centro de la acción climática a la naturaleza, personas, vidas y medios de vida; y organizar una COP más inclusiva.
Sobre el último punto, aunque se habla de una alta participación de jóvenes y de comunidades indígenas, no está claro si los asistentes podrán celebrar manifestaciones públicas y sí se sabe que fuera del predio solo se podrá filmar o tomar fotos únicamente con autorización.
Una de las principales quejas de los ambientalistas es justamente la falta de inclusión que genera el hecho de que las sucesivas conferencias del clima se hayan realizado mayormente en Europa, limitando la llegada de participantes de América Latina, una de las regiones más afectadas por el cambio climático.
Dentro de esos cuatro ejes está también uno de los grandes objetivos de esta conferencia, que es el de triplicar la capacidad de las energías renovables de aquí a 2030, así como el de poner en marcha el Fondo para Pérdidas y Daños aprobado en la COP del año pasado, cuya implementación fue discutida durante este año por un comité de especialistas de 24 países, entre los cuales hay tres de América Latina y el Caribe, la segunda región más afectada por el cambio climático.
El objetivo de este fondo es que las naciones más ricas paguen los daños por el calentamiento global que provocaron a los países más pobres.
Con información de Télam