Un juez de Colombia aclaró que la parálisis de las operaciones en el pozo de gas costa afuera Uchuva-2 no tendrá efecto inmediato hasta que una segunda instancia lo decida, al tiempo que reconoció que el fallo fue desproporcionado y contrario al interés nacional, dijo el Ministerio del Interior.
El fallo ordenó la semana pasada suspender las actividades en el pozo Uchuva-2, en el bloque Tayrona en el Caribe colombiano, debido a que las empresas a cargo no consultaron adecuadamente a una comunidad indígena local sobre la operación.
"El juez 4 laboral del Circuito de Santa Marta aclaró que la orden era compleja, desproporcionada y contraria al interés nacional, sin perjuicio de derechos étnicos, cuando su reconocimiento sea procedente", dijo el jueves en la noche el Ministerio del Interior en su cuenta de X.
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"El auto aclaratorio expedido reconoce que la suspensión del proyecto no será inmediata y queda en curso la impugnación presentada por las partes involucradas y que resolverá un juez de segunda instancia", explicó.
La petrolera estatal colombiana Ecopetrol y su socia brasileña Petrobras interpusieron recursos contra el fallo judicial al igual que los ministerios de Minas y Energía, del Interior y otros organismos gubernamentales.
Los gremios del sector Naturgas y la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP) advirtieron que la decisión del juez de detener las operaciones representa una amenaza a la seguridad energética de Colombia.
El bloque es propiedad de la energética estatal colombiana Ecopetrol, que tiene una participación del 55,6%, y de la brasileña Petrobras, operadora y dueña del 44,4% restante.
La sentencia representa el último capítulo de la larga historia de tensiones entre sucesivos gobiernos colombianos y grupos indígenas en torno a proyectos energéticos que, según las comunidades, a menudo vulneran sus derechos o amenazan su modo de vida.
También es un golpe para el Gobierno del presidente izquierdista Gustavo Petro, quien se enfrenta a los temores de que el país se encamina a ser cada vez más dependiente de las importaciones de gas a medida que disminuyen las reservas en medio del rechazo del mandatario por las industrias extractivas de combustibles.
El pozo Uchuva-2 es una esperanza importante para las limitadas reservas de gas de Colombia, que cerraron el año pasado en 2.373 giga pies cúbicos, equivalentes a 6,1 años de consumo, según la gubernamental Agencia Nacional de Hidrocarburos.
Las reservas potenciales del proyecto equivalen a 2,5 veces las reservas actuales de Colombia.
Con información de Reuters