La Unión Europea (UE) anunció hoy la entrada en vigor de la Ley Europea de Chips, con la que pretende movilizar más de 47.000 millones de dólares en inversiones para incentivar su producción de semiconductores y lograr ocupar el 20% del mercado internacional en 2030, con el objetivo de romper con la dependencia de otras potencias como China.
"No hay digital sin microchips. Hoy entra en vigor la Ley Europea de Chips. La Ley de Chips apoyará la inversión y las instalaciones de investigación para que Europa pueda convertirse en una potencia de innovación con una fuerte participación en el mercado global", publicó el bloque europeo en la red social X, antes conocida como Twitter.
Además de apuntar a reducir la dependencia de los países asiáticos y duplicar su actual cuota de mercado mundial dentro de los próximos siete años, los miembros del bloque europeo procuran anticiparse a la escasez de suministro y ofrecer alternativas en situaciones de emergencia.
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Para ello, la ley crea un mecanismo de coordinación entre la Comisión Europea y los Estados miembro con el que se monitorizarán las cadenas de suministro para anticipar problemas de abastecimiento y tomar medidas de emergencia en caso de crisis.
Se prevé también sanciones de hasta 320.000 dólares a las empresas que no proporcionen información o multas periódicas de hasta el 1,5% de su facturación diaria por no respetar los pedidos prioritarios.
La Ley Europea de Chips aspira a reforzar el liderazgo tecnológico del bloque, mediante la facilitación de la transferencia de conocimientos y la promoción de la industrialización de tecnologías innovadoras por parte de las empresas europeas, explicó la UE en un comunicado publicado en su página web.
La nueva normativa comunitaria incentiva las inversiones públicas y privadas en instalaciones para los fabricantes y proveedores de chips, componentes esenciales de productos digitales y digitalizados, que abarcan teléfonos inteligentes, automóviles, aplicaciones e infraestructuras críticas para la atención sanitaria, la energía, la defensa, las comunicaciones y la automatización industrial.
De los más de 47.000 millones de dólares en inversiones públicas y privadas que la UE aspira a movilizar con esta iniciativa, un total de 3.300 millones llegarán directamente de las arcas comunitarias.
Con información de Télam