El Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó hoy el cierre por "cuestiones de seguridad" del paso fronterizo de Rafah, entre la Franja de Gaza y Egipto, una semana después de que el cruce fuera reabierto para la entrada de ayuda humanitaria al enclave palestino y la evacuación de personas, que es "urgente" y debe continuar según la ONU.
El portavoz adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel, no precisó qué "circunstancias" son aquellas que han derivado en el cierre de este vital paso fronterizo, a medida que se ahonda la crisis humanitaria sin precedentes en la Franja de Gaza.
Patel indicó que esperan que el paso fronterizo se reabra a "intervalos regulares" para continuar entregando la ayuda humanitaria y permitir la salida de ciudadanos extranjero del enclave.
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"Continuamos trabajando en colaboración con el Gobierno de Egipto y el Gobierno de Israel para lograr un paso seguro" para aquellas personas que salen de Gaza", dijo Patel según recogió la CNN.
Por su parte, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, indicó que el paso fronterizo es "imperativo" y "urgente" que la ayuda humanitaria llegue a la población más aislada del enclave palestino, detalló la agencia de noticias Europa Press.
En este sentido, tildó de "clave" el papel de Egipto para hacer llegar el material humanitario a Gaza.
"Pero la ayuda que llega es escasa y con un alcance geográfico muy limitado", mencionó, agregando que existen muchas dificultades debido a que hay "caminos intransitables e inseguros" que impiden las entregas.
Asimismo, afirmó que Israel, "como potencia ocupante", debe también garantizar que la ayuda más básica y vital pueda llegar a todos los que la necesitan, puesto que la población sigue siendo "enormemente vulnerable en todas partes de Gaza".
"Hoy en el hospital de El Arish, en el norte del Sinaí, he conocido a Ikram que estaba embarazada de ocho meses cuando su abdomen fue alcanzado por artillería. Perdió al bebé y tuvo que someterse a una histerectomía", relató Turk.
Además, recordó que las partes en conflicto están obligadas a "minimizar" las bajas civiles.
"Ataques contra instalaciones médicas, personal médico o heridos y enfermos están prohibidos", sostuvo y agregó que desde el cruce de Rafah ha visto "las puertas al verdadero infierno".
"Nos hemos caído de un precipicio. Esto no puede continuar. Incluso dentro del contexto de una ocupación con una duración de 56 años, la situación actual es la más peligrosa que hemos vivido en décadas: en Gaza, en Israel, en Cisjordania y también a nivel regional", destacó Turk.
En este sentido, señaló que "el mundo no puede permitir que haya una doble moral" e insistió en que las acciones de una de las partes en el conflicto no absuelve a la otra, en alusión a Israel, de sus "obligaciones en virtud del Derecho Internacional".
"Las atrocidades de los grupos armados palestinos el 7 de octubre fueron atroces, brutales e impactantes. Fueron crímenes de guerra, como lo es la retención de rehenes", dijo, añadiendo que el "castigo colectivo de Israel contra la población palestina se asemeja a un crimen de guerra", así como "la evacuación forzada de civiles".
"Siento en lo más profundo de mi ser el dolor, el inmenso sufrimiento de cada persona cuyo ser querido ha sido asesinado: en un kibutz, en un campo de refugiados palestino, escondido en un edificio o mientras huía, buscando estar seguro", concluyó.
El 7 de octubre, milicianos de Hamas se infiltraron en Israel desde Gaza, mataron a 1.400 personas, en su mayoría civiles, y se llevaron consigo a otras 240 como rehenes, entre ellos una veintena con nacionalidad argentina.
En respuesta, Israel bloqueó por completo la Franja de Gaza y lanzó una campaña de bombardeos, seguida de una operación militar terrestre, que ya dejó más de 10.500 los muertos, incluidos cerca de 4.325 niños.
Con información de Télam