El exjefe de gobierno austriaco Sebastian Kurz se declaró hoy inocente, en el primer día de comparecencia en Viena en un juicio por falso testimonio ante el Parlamento, en un país sacudido por los casos de corrupción.
"Espero que el proceso sea equitativo y que al final las acusaciones sean desmentidas", señaló Kurz ante la prensa, al llegar al tribunal.
Vestido de traje oscuro, el exdirigente conservador, de 37 años, se mostró sonriente y dijo estar "confiado" antes de tomar asiento en una gran sala reservada para los procesos importantes.
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El interés del público está a la altura de su figura, porque Kurz se convirtió en 2017, con apenas 31 años, en el jefe de gobierno más joven electo en el mundo, y abandonó la política de manera estrepitosa hace apenas dos años.
Es la primera vez en más de 30 años que un ex jefe de gobierno tiene que rendir cuentas de sus actos ante la justicia austriaca.
Este juicio, que debe durar varios días, sólo se ventilará una parte de los hechos que se reprochan a Kurz, y son los menos graves comparados con los de corrupción, cuya investigación sigue en curso, según la agencia de noticias Europa Press.
El exjefe de gobierno está acusado, con dos personas más, de haber mentido ante una comisión parlamentaria cuando se encontraba bajo juramento, en un hecho pasible de tres años de prisión.
La fiscalía tiene previsto convocar a una veintena de testigos, entre ellos varias personalidades políticas.
Con información de Télam