Estados Unidos expresó hoy su desacuerdo con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien acusó a Israel de cometer un "genocidio" contra los palestinos en la Franja de Gaza.
"Obviamente no estamos de acuerdo con esos comentarios; hemos sido bastante claros al decir que no creemos que se haya producido un genocidio en Gaza", afirmó el vocero del Departamento de Estado, Matthew Miller, en conferencia de prensa, según la agencia de noticias AFP.
El domingo, Lula acusó a Israel de cometer un "genocidio" contra los palestinos de la Franja de Gaza y comparó la ofensiva israelí con el exterminio de los judíos por los nazis.
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"Lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza con el pueblo palestino no ocurrió en ningún otro momento de la historia; en realidad, ocurrió: cuando Hitler decidió matar a los judíos", dijo Lula, cuyas declaraciones fueron avaladas hoy por su par de Colombia, Gustavo Petro.
Israel, que recibe apoyo militar y diplomático estadounidense, declaró a Lula "persona non grata".
Estados Unidos discrepó sobre ese comentario, el más duro de Lula sobre la guerra entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas.
La guerra fue desencadenada por el ataque de Hamas en el sur de Israel del 7 de octubre, que dejó unos 1.200 muertos, en su mayoría civiles, según un balance basado en cifras israelíes.
Los combatientes palestinos también capturaron a 250 personas, de las cuales 130 siguen secuestradas en Gaza, incluyendo a 30 que habrían muerto en cautiverio. Una veintena es de nacionalidad argentina
Israel lanzó en represalia una feroz ofensiva para "aniquilar" a Hamas, que provocó al menos 29.195 muertos, en su mayoría mujeres y niños.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, viajó hoy a Brasil, en medio de la crisis diplomática con Israel que desataron las declaraciones de Lula.
En la capital brasileña se reunirá mañana con Lula, cuyo país ostenta actualmente la presidencia rotatoria del G20.
Blinken también participará mañana y el jueves en Rio de Janeiro en una reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G20, a la que se espera que asista su par de Rusia, Serguei Lavrov.
Oficialmente no está prevista ninguna reunión y parece poco probable debido a la conmoción causada por la muerte en prisión el viernes del opositor ruso Alexey Navalny, aún envuelta en misterio y sospechas.
Los países occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, responsabilizan a Rusia de su muerte.
Se tratará de la primera visita de Blinken como secretario de Estado a Brasil, principal economía y el país más poblado de América Latina.
Las relaciones entre Estados Unidos y Brasil mejoraron desde el regreso al poder en 2023 de Lula, que sucedió a Jair Bolsonaro, cercano al republicano Donald Trump.
El gobernante de 78 años ya viajó a Washington para reunirse con su homólogo demócrata, Joe Biden.
Los dos líderes comparten metas sobre la lucha contra el calentamiento global, la defensa de los derechos de los trabajadores y los valores democráticos, pero hay muchos otros temas que los separan, empezando por Ucrania.
Lula se opone a la política de aislamiento de Rusia adoptada por Washington desde la invasión de Ucrania en febrero de 2022, por considerar que el presidente Volodimir Zelenski y las potencias occidentales comparten la responsabilidad de la guerra.
La otra cuestión discordante es Venezuela: Lula guardó silencio, a diferencia de los estadounidenses, ante los obstáculos para que algunos candidatos opositores al mandatario Nicolás Maduro se presenten a las elecciones previstas para este año.
Brasil tiene "importantes lazos y conexiones con las autoridades de Maduro y es capaz de hacerles llegar mensajes claves", declaró el viernes el jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Brian Nichols.
También se espera que Blinken hable con algunos países sobre el apoyo a Haití, inmerso en una grave crisis humanitaria y de seguridad, en un momento en el que la comunidad internacional tiene dificultades para constituir una fuerza policial multinacional bajo los auspicios de Kenia.
Con información de Télam