El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se sumó hoy al pedido de líderes y representantes africanos de reformar urgentemente el "anticuado e injusto" sistema financiero internacional, en una histórica Cumbre Africana sobre el Clima que se desarrolla en Kenia y que busca impulsar la inversión en energías verdes en la región.
"Las estructuras de gobernanza mundial reflejan el mundo tal y como era, no como es", afirmó el máximo representante de Naciones Unidas (ONU), Guterres, durante su intervención en el encuentro sobre el clima, que llegará a su fin mañana en la capital keniana, Nairobi.
El sistema financiero internacional es "anticuado, injusto y disfuncional", aseguró, frente a jefes de Estado y de gobierno y empresarios africanos.
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Guterres destacó la inequidad de acceso a las oportunidades económicas que tiene África, una región que sufre con fuerza el embate de desastres relacionados con el clima, pese a que contribuye menos al calentamiento global y exhortó a los líderes a hacer de África "una superpotencia de energía renovable".
En la misma línea, pidió a los líderes del G20, que se reúnen este fin de semana en India, que "asuman sus responsabilidades" en la lucha contra el cambio climático, informó la agencia de noticias AFP.
Uno de los objetivos de esta primera Cumbre Africana sobre el Clima, que se organiza en paralelo a la Semana del Clima de África, que se realizará en Nairobi hasta el viernes próximo, es captar financiamiento para proyectos ambientales que proporcionen desarrollo en la región y contribuyan a la lucha contra el cambio climático.
Este encuentro da inicio a los cuatro meses más intensos de negociaciones internacionales sobre el clima, que seguirán con la conferencia de la ONU sobre el clima (COP28) en Emiratos Árabes Unidos (EAU) en noviembre y diciembre, donde se espera una batalla sobre el fin de los combustibles fósiles.
Hoy, EAU prometió inversiones de 4.500 millones de dólares en energías limpias en África.
Sultan Al Jaber, quien dirige la compañía petrolera nacional de Emiratos y la compañía gubernamental de energía renovable (Masdar), declaró que esta inversión "liberará la capacidad de África para lograr una prosperidad sostenible".
Un consorcio que incluye a Masdar ayudará a desarrollar 15 gigavatios de energía limpia para 2030, agregó Sultan Al Jaber, quien también presidirá en Dubai la COP28.
También pidió en particular una "intervención quirúrgica en la arquitectura financiera global construida para un tiempo diferente", instando a las instituciones internacionales a reducir la carga de la deuda que paraliza a muchos países.
Su llamado fue respaldado por varios participantes que insistieron en la necesidad de una reforma de las estructuras financieras globales para adaptarlas a los objetivos climáticos.
El presidente de Kenia, William Ruto, afirmó que "sin un sistema justo" que permita un alivio de la deuda e inversiones que sean accesibles, África no va a poder explotar su potencial para una economía verde.
"Queremos un sistema financiero justo que trate a todos por igual", defendió Ruto.
A pesar de su riqueza en recursos naturales, solo el 3% de las inversiones energéticas mundiales se realizan en el continente africano.
Las tensiones geopolíticas dificultan la expectativa de encontrar terreno común para luchar contra el calentamiento global.
El emisario de Estados Unidos para el clima, John Kerry, dijo que "espera" que su país y China, las dos economías más grandes del mundo y los dos mayores emisores, se "acerquen" en las próximas negociaciones.
"Nuestra esperanza es que el clima sea reconocido por lo que es", añadió el diplomático estadounidense, que subrayó que no es un "tema bilateral, ni una simple disputa entre Estados Unidos y China como hay en otros temas".
La transición energética limpia en los países en desarrollo es crucial para tratar de mantener el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global "muy por debajo" de los 2 ºC desde la época preindustrial y, si es posible, por debajo de 1,5 °C
Para lograrlo, la Agencia Internacional de la Energía asegura que las inversiones tendrán que alcanzar los 2.000 millones de dólares anuales en una década, ocho veces más.
El énfasis de la cumbre en las cuestiones de financiación despierta, sin embargo, la oposición de algunos ambientalistas, que consideran que este enfoque está demasiado alineado con los intereses de los países ricos.
Varias organizaciones denunciaron los mercados de créditos de carbono, que consideran que son una solución falsa que da un pase a los países desarrollados para compensar sus emisiones.
La cumbre también tiene como objetivo definir una postura común sobre el desarrollo y el clima en África, un continente de 1.400 millones de habitantes, con 54 países política y económicamente diversos, que es uno de los más vulnerables al cambio climático.
Con información de Télam