Decenas de miles de personas, muchas ondeando banderas de España, participaron hoy en Madrid en una protesta convocada por el partido de extrema derecha Vox contra una propuesta de amnistía para los independentistas catalanes.
Ese polémico asunto está siendo negociado por los partidos independentistas catalanes, cuyo apoyo es imprescindible para que el socialista Pedro Sánchez obtenga la investidura para un nuevo mandato como presidente del Gobierno español.
La cuestión surgió tras las elecciones generales del 23 de julio, en las que el PSOE, el partido de Sánchez, quedó segundo por detrás del conservador de derecha Partido Popular (PP).
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Pero el PP, sin mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados, no consiguió formar una coalición, despejando así la vía para la formación de un nuevo Gobierno del PSOE.
Para continuar gobernando, Sánchez, presidente del Gobierno en funciones y en el poder desde 2018, necesita el apoyo parlamentario de los partidos independentistas catalanes ERC (Izquierda Republicana de Cataluña) y JxCat (Juntos por Cataluña).
Esta última formación estuvo detrás de un intento fallido de secesión de Cataluña en 2017, que sumió a España en su peor crisis política en varias décadas, tras el cual su líder Carles Puigdemont huyó a Bélgica para escapar de la justicia.
Muchos manifestantes denuncian que la amnistía podría beneficiar a Puigdemont.
"España no se vende", "Amnistía no", proclamaban sus pancartas en la Plaza de Colón, entre gritos de "¡Puigdemont a prisión!", informó la agencia de noticias AFP.
Marcos Carbonell, ingeniero de 37 años, se mostró indignado por las tentativas de Sánchez para asociarse con aquellos que quieren "romper España".
"Es vergonzoso, no todo vale para seguir en el poder", declaró a AFP durante la protesta, que según las autoridades movilizó a 100.000 personas.
Vox, socio del PP, aseguró que eran más, pero sin dar una estimación precisa.
El líder de Vox, Santiago Abascal, advirtió que Sánchez amenaza la unidad de España, acusándolo de contemplar la amnistía "para permanecer en el poder".
"¡Qué vergüenza, qué indignidad, qué traición!", dijo a los manifestantes.
El conservador PP, principal partido de la oposición, organizó también hoy su propia protesta contra la amnistía en la sureña ciudad de Málaga y afirmó que acudieron más de 20.000 personas.
"Esta amnistía no se negocia en nombre de España, se negocia en nombre de Sánchez", declaró el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y añadió que todos los españoles deberían poder votar el plan de amnistía.
Esta es la cuarta manifestación organizada por el partido en contra de la amnistía, tras las celebradas en Madrid, Toledo y Santiago de Compostela, en la región natal de Feijóo, Galicia, en el noroeste de España.
Una amnistía podría beneficiar a más de 4.000 personas, en su mayoría funcionarios menores y ciudadanos de a pie que ayudaron a organizar el referéndum de 2017 prohibido por los tribunales, o que participaron en protestas, según el grupo independentista catalán Omnium Cultural.
Sánchez, que busca calmar la tensión independentista desde su llegada al poder, se pronunció en el pasado en contra de una amnistía, pero en 2021, indultó a independentistas catalanes condenados a prisión por su papel en el intento de secesión.
El líder socialista necesita el apoyo de al menos 176 diputados -de un total de 350- para su investidura, una votación que debe celebrarse antes del 27 de noviembre.
Si fracasa, habría una segunda ronda de investidura en la que solo necesitaría una mayoría simple, es decir, más "síes" que "noes".
En caso de que no consiga los apoyos necesarios, España tendrá que celebrar automáticamente nuevas elecciones, probablemente a mediados de enero.
Con información de Télam