Una nueva cerealera vaciada durante el macrismo que dejó un tendal de deuda por 1400 millones de dólares y que ahora es investigada por posible lavado de dinero y fuga hacia sociedades en jurisdicciones off-shore. Se trata de Molinos Cañuelas, holding agroexportador con operaciones en Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Bolivia, que habría incurrido en las mismas operaciones sospechadas que habría realizado Vicentin. También había dejado un tendal de deuda con varios bancos públicos y privados. De hecho, en diciembre se asoció con Vicentin para utilizar sus puertos en San Lorenzo. En abril del 2018, la firma acusó inestabilidad económica en el país y retiró su oferta públicas de acciones en la Bolsa porteña. Las maniobras del grupo Cañuelas es investigado por el estudio Moyano & Asociados, en representación de un acreedor de la empresa.
"Un potencial cliente acreedor de MOLCA (Molinos Cañuelas) nos pidió una opinión legal respecto de este tema. Según lo analizado hasta el momento vemos un mismo modus operandi que el de Vicentin, mismos actores y hasta mismas maniobras. Y lo que es llamativo, esta íntimamente vinculado entre ambas compañías", aseguraron a El Destape desde el estudio que analiza el tema y también lleva adelante un litigio en Paraguay por presunto lavado contra Vicentin.
La vinculación entre ambas empresas surge a fin de 2019 cuando Molinos Cañuelas (MOLCA) firma un acuerdo con Buyatti para utilizar la planta Vicentin en San Lorenzo. Las tratativas habían iniciado el año anterior luego de la que empresa denunciara problemas de continuidad, al finalizarse el contrato de modo "fasón"; es decir, alquilando a otros. Vicentin se hizo cargo ese año de las operaciones de MOLCA paralizadas desde febrero de 2018. Según documentación presentada a la Bolsa a la que accedió este medio, el último balance presentado por MOLCA fue ese mes y año, en el cual acusó una pérdida de 1809 millones de pesos.
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El 13 de julio de 2018, su titular, Aldo Adriano Navilli, envió una carta a la Comisión Nacional de Valores, para comunicar el retiro de la oferta pública de las acciones de Molinos Cañuelas "atento a las fluctuaciones imperantes en el mercado financiero, tanto local como internacional". El directivo anticipaba "muy improbale que la Sociedad ofrezca nuevamente sus acciones al público inversores en el mediano y largo plazo". No volvió a suceder hasta el momento. En ese momento la composición de la empresa se repartíó entre la familia: Aldo Adriano Navilli (25 por ciento), Carlos Adriano Navilli (25 por ciento), Ricardo Navilli (25 por ciento), Adriana Elba Navilli (20 por ciento) y Marcos Villemur (5 por ciento), según los datos enviados a la Bolsa en abril de 2018.
Todos ellos hicieron acuerdos intra-societarios para poder transferir sus acciones a sus familiares directos ( acuerdo de accionistas). Los beneficiarios son Alfredo, Ricardo Leandro, Francisco Andrés, Vicente, Enzo Agustín, Nicolás Adriano, María Florencia, Regina, Luciano y Mariano Navilli, y Tomas y Emma Villemur. Esto surge de la propuesta de prospecto ante la SEC (Comisión de valores de Estados Unidos) donde MOLCA pretendió cotizar. Ademas de su condición financiera, uno de los obstáculos para su autorización para cotizar fue que varios directivos de MOLCA aparecieron en los Panama Papers.
La empresa debe 1400 millones de dólares al Rabobank, Corporación Financiera Internacional (mismo programa de apoyo de financiación de exportaciones aplicado a Vicentin), Banco Ciudad y el Deutsche Bank. "Estos bancos aparentemente fueron los que constituyeron las garantías", según la investigación. También le debe al Banco Nación, HSBC, Santander, Provincia de Buenos Aires y Banco Macro. Este último, comando por Jorge Brito es quien pidió la quiebra. Un caso particular es el BICE, a cargo entonces --ad honorem-- del ex ministro de Producción Francisco Cabrera, que le prestó a Molinos Cañuelas cuanto la empresa ya estaba en mora con todos los bancos mencionados y era conocido sus dificultades financieras.
Molinos Cañuelas, que cuenta hasta con un puerto privado estratégicamente ubicado a 100 kilómetros de Buenos Aires, detenta entre sus activos a Molinos Florencia, Molinos Americanos, Canuelas Mill, Molinos Puntanos, Megasud, Compania General de Granos, Canuelas Pack y Trigaglia. Esta última se la compra a Cargill. Tienen un puerto en Terminal Las Palmas en Zarate, Agropecuaria AN, Puramel, Santa Cecilia y la conocida marca de ropa Vitamina y Uma, donde la hija de unos de los dueños está inscripta como Directora. Tienen una Estancia denominada "El Carmen" en Salta, de 7407 hectáreas, donde fueron acusados de desmonte ilegal.
Carlos Adriano Navilli y Adriana Navilli habían constituido el 12 de marzo de 2015 una sociedad del estado de la Florida denominada Winds Holding LLC, en 12.550 de Biscayne Blvd., Suite 406, que es el domicilio de su abogada en Miami, Valeria Schwartzman, que también integra la sociedad. Otro socio es Nicolas Dayan, un agente de bienes raíces. El objeto de esta sociedad es la adquisición de bienes inmuebles en Miami. Junto con Daniel Weiss y Mariana Carola Mororian establecieron en febrero de 2015 otra sociedad, pero en Panama, Cooley International. El estudio Moyano investiga la vinculación de estas firmas en paraísos fiscales.
Los Navilli también tienen sociedades en Brasil (Vitamina Brasil Comercio, Importacao, Exportacao de Vestuario), donde los directores son Daniel Horacio Ferri, Maria Regina Navilli y Mariano Navilli), Moinho Canuelas (a cargo de Carlos Adriano Navilli) y Alimentos Canuelas, en España. En su página Web el grupo se ufana de contar actualmente con 21 plantas productivas, ubicadas en la Argentina, Brasil y Uruguay, que procesan materias primas y abastecen fábricas de consumo masivo y a clientes externos. Tienen oficinas comerciales en Argentina, Chile y Bolivia; además de Terminal Las Palmas, un puerto con claras ventajas competitivas para el segmento de negocios de exportación, y su propia unidad de Packaging.