La guerra originada por la invasión de Rusia a Ucrania concentró hoy la atención al inaugurarse en Lima la 52da. Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que incluyó la inédita participación del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, a través de un video grabado.
Estamos haciendo todo, todo, para acabar con la larga lista de víctimas ucranianas que Rusia está creando; esta es la razón por la que me dirijo a ustedes, necesitamos su apoyo, dijo Zelenski en el video, en el que habló en inglés.
El mandatario exhortó a los países americanos a recordar sus luchas por la independencia, hace dos siglos, y preguntó: ¿De qué lado estaría Simón Bolívar en la guerra que desató Rusia contra Ucrania? ¿A quién apoyaría José de San Martín? ¿Con quién simpatizaría Miguel Hidalgo?
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Creo que no ayudarían a alguien que está saqueando un país más pequeño, respondió Zelenski, según la agencia de noticias AFP.
El líde ucraniano agradeció a los países americanos que ya apoyaron firmemente a Ucrania y condenaron la guerra rusa, y a la OEA, por haber suspendido el estatus de observador permanente de Rusia.
El 25 de marzo, la OEA pidió el fin de posibles crímenes de guerra en Ucrania, en una resolución apoyada por 28 de los 34 miembros activos del bloque regional, y el 21 de abril suspendió a Rusia como observador permanente.
Pero necesitamos más, rogó Zelenski, y en ese sentido pidió por favor una condena a las políticas agresivas de Moscú en el seno de la Asamblea General de la ONU, así como que la empresas y los individuos eviten realizar operaciones son sus similares rusos.
La Asamblea General de la OEA, que sesionará hasta el viernes, fue inaugurada esta noche por el secretario general del organismo, el excanciller uruguayo Luis Almagro, y por el presidente anfitrión, Pedro Castillo.
El encuentro tendrá también la crisis en Nicaragua como uno de sus temas centrales, en medio de críticas al funcionamiento y la conducción del organismo panamericano.
Los jefes diplomáticos de la región -incluido el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, quien llegó a Lima esta tarde- debatirán varios proyectos de resolución y de declaración, principalmente sobre la crisis política y de derechos humanos en Nicaragua, así como sobre la situación de seguridad en Haití.
También habrá debates sobre la emigración venezolana y la invasión rusa a Ucrania, conflicto que la Casa Blanca tiene un especial interés que se debata y que amenaza la seguridad alimentaria en América latina.
Esperamos un fuerte apoyo de todos los estados miembros de la OEA en la resolución sobre Ucrania, sobre Haití, Nicaragua, anticipó ayer el encargado de la diplomacia estadounidense para las Américas, Brian Nichols.
La idea de que un país no puede simplemente invadir otro, declarar un referendo falso y luego anexarse su territorio, es algo que creo que todas las naciones de nuestro hemisferio deberían poder apoyar, añadió.
Otro tema que puede aparecer en los debates en Lima es el proceso de elección del nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), abierto la semana pasada tras la destitución del estadounidense Mauricio Claver-Carone por cuestionamientos éticos debido a una supuesta relación romántica con una subalterna.
Su designación en 2020, impulsada por el entonces presidente estadounidense Donald Trump, rompió la tradición de que el BID esté dirigido por un latinoamericano.
La OEA es el principal foro político del continente y depende de Washington para su presupuesto anual en más de 50%.
Su funcionamiento y principalmente su conducción fueron criticados en los últimos meses por gobernantes de varios países de la región, entre ellos los presidentes de la Argentina, Alberto Fernández, y de México, Andrés López Obrador.
Al margen de la asamblea de la OEA, Blinken codirigirá una reunión sobre migración, un gran problema para su país en la frontera con México.
También tenía previsto conversar mañana con Castillo, tras encontrarse el lunes con el presidente de Colombia, Gustavo Petro, en Bogotá, y hoy, más temprano, con el de Chile, Gabriel Boric, en Santiago.
Con información de Télam