Zelenski visita la sitiada Bajmut y la situación en ciudades anexadas está "difícil", dice Putin

20 de diciembre, 2022 | 11.35

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, visitó hoy Bajmut, ciudad en disputa desde hace meses y que representa un punto crítico del frente oriental de Ucrania en el Donbass, en momentos en que Rusia reconoció que tanto la situación en esta región como en los otros dos territorios anexados en septiembre pasado es "extremadamente difícil".

Zelenski "se reunió con militares, habló con ellos y condecoró a nuestros soldados", describió la oficina de prensa de la Presidencia ucraniana, sin aportar más detalles.

La brutal guerra de trincheras y artillería arrasó partes enteras de Bajmut, ubicada en la provincia de Donetsk, y de sus alrededores, antes conocidos por sus viñedos y sus minas de sal.

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"Me parece que los héroes de Bajmut deben recibir lo que todo el mundo recibe", declaró Zelenski, informaron medios estatales.

"Me gustaría que hubiera luz, pero la situación es tan difícil que hay luz y luego no la hay", sostuvo, sobre los cortes de luz que suelen provocar los bombardeos rusos.

El presidente ucraniano se desplazó en varias ocasiones cerca del frente: en noviembre visitó la sureña Jerson, tras la retirada de las tropas rusas, y a principios de este mes fue a Sloviansk, a unas decenas de kilómetros del frente oriental.

Este viaje parece el más arriesgado porque la ciudad se mantiene bajo control ucraniano, pero las tropas rusas reivindicaron la captura de pueblos y zonas situadas en las afueras de Bajmut.

"Bajmut es la fortaleza oriental de Ucrania", celebró la viceministra de Defensa ucraniana, Ganna Maliar, que se trasladó con Zelenski a esta ciudad, de 70.000 habitantes antes de la guerra.

Horas antes, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, reconoció que la situación era "extremadamente difícil" en los cuatro territorios ucranianos que Moscú reivindica haber anexado.

Putin anunció en septiembre la anexión de las provincias de Lugansk y Donetsk, que conforman la región oriental del Donbass, y Jerson y Zaporiyia en el sur, tras unos referendos organizados por las autoridades prorrusas que Ucrania y Occidente tildaron de farsas.

"La situación en las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en las regiones de Jerson y Zaporiyia es extremadamente difícil", advirtió Putin a los servicios de seguridad rusos, informó la agencia de noticias AFP.

"La gente que vive allí, los ciudadanos de Rusia, dependen de nosotros, de nuestra protección", les dijo el dirigente del Kremlin a los agentes en "las nuevas regiones de Rusia".

Putin también pidió "la máxima compostura y concentración" en las operaciones de contraespionaje para "suprimir estrictamente las acciones de los servicios de inteligencia extranjeros, identificar rápidamente a los traidores, espías y saboteadores".

Ayer, el líder ruso se desplazó a Bielorrusia, en su primer viaje en años a esta antigua república soviética, y se reunió con su aliado Alexandr Lukashenko, que permitió la entrada de tropas rusas a Ucrania desde su territorio; ambos mandatarios abogaron por aumentar la cooperación militar.

Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, minimizó la importancia del encuentro, dijo que "no se tomaron decisiones críticas" y lo definió como "otro baile que han realizado" Putin y Lukashenko.

Durante su visita, Putin negó tener planes para absorber Bielorrusia, una declaración que el Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, calificó como "colmo de la ironía".

El comandante de las fuerzas conjuntas de Ucrania, Sergiy Nayev, precisó, por su parte, que "el nivel de amenaza militar (desde Bielorrusia) incrementa gradualmente" y que el país vigila "de cerca" el traslado de armas desde Rusia.

En el plano de los combates, Ucrania reportó cinco muertes por ataques rusos, incluidas tres en la provincia de Donetsk.

El lunes comenzó con una serie de bombardeos contra varias infraestructuras críticas de Kiev pero terminó con la instalación de un abeto artificial de 12 de metros de alto en el centro de la ciudad, decorado con palomas de la paz como árbol de Navidad.

Decenas de vecinos desafiaron al frío glacial para admirar el árbol, situado junto a la catedral de Santa Sofía de Kiev, famosa por sus cúpulas doradas, y no perdieron la oportunidad de hacerse algunas selfis.

En su parte alta colocaron el escudo de armas del país, que representa un tridente dorado y las luces del abeto se iluminan gracias a un generador diésel.

"Los rusos intentan privar a nuestros ciudadanos de una vida normal pero no les dejaremos que le roben la mayor de las fiestas, Año Nuevo y Navidad, a nuestros hijos", declaró el alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko, durante la inauguración.

"Lo hemos llamado 'el árbol de Navidad de la invencibilidad ucraniana'", declaró Klitschko, que resaltó que la idea es que "los niños pasen unas (buenas) vacaciones pese a los momentos difíciles".

Con información de Télam