Las fuerzas ucranianas retomaron el control de la localidad suburbana de Irpin, un punto clave de acceso a Kiev, dijo el presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, en su tradicional video nocturno, en el que volvió a reclamar más decisión de los países de occidente para evitar que Rusia gane la guerra.
El mandatario confirmó que las tropas propias habían retomado el control de Irpin pero advirtió que las tropas rusas se estaban reagrupando para recuperar el área.
Todavía tenemos que luchar, tenemos que aguantar, dijo.
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Esta es una guerra despiadada contra nuestra nación, contra nuestro pueblo, contra nuestros niños, remarcó.
Como lo viene haciendo en los 34 días que lleva la invasión rusa a Ucrania, Zelenski arremetió contra los países occidentales, a los que acusó de no ir lo suficientemente lejos al sancionar a Moscú o apoyar a Ucrania con armas.
Si alguien le teme a Rusia, si él o ella tiene miedo de tomar las decisiones necesarias que son importantes para nosotros, en particular para que consigamos aviones, tanques, la artillería necesaria, proyectiles, hace que estas personas sean responsables de la catástrofe creada por tropas rusas también en nuestras ciudades, dijo, y advirtió: El miedo siempre te convierte en cómplice.
Periodistas de la agencia de noticias AFP presenciaron hoy fuertes bombardeos en Irpin y la huida de habitantes, que narraron escenas de bombas cayendo sobre civiles que viajaban en sus automóviles particulares.
"Vimos vehículos que intentaban salir, fueron aplastados por tanques con personas adentro", contó Roman Molchanov, de 55 años, con la voz quebrada por la emoción, citó la agencia francesa.
Su hermana agregó que los rusos habían "matado a personas sentadas en sus coches".
Analistas occidentales calificaron la pérdida de Irpin como un golpe importante para las fuerzas rusas, que buscan reagruparse tras un fallido intento de rodear la capital.
Ha pasado más de un mes desde que los tanques del presidente ruso, Vladimir Putin, ingresaron a Ucrania con la esperanza de debilitar o deponer al gobierno democrático de Kiev.
Ante ello, la perspectiva de un fin pacífico de la guerra, o la victoria de alguna de las partes, parece lejana.
El objetivo de Putin de una victoria militar rápida se ha visto frustrado por la dura resistencia ucraniana.
El 24 de febrero pasado Rusia lanzó una ofensiva militar en Ucrania bajo la justificación de que el Gobierno de Kiev venía cometiendo crímenes contra los habitantes de dos provincias rusoparlantes en la región del Donbass a las que, previamente, Moscú había reconocido como Estados independientes.
El reclamo del Kremlin incluye la violación por parte de Ucrania de los Acuerdos de Paz de Minsk, de 2014 y 2015, que obligaban a Kiev a darle a esas dos ciudades -Lugansk y Donetsk, que en sendos referendos votaron por separarse de Ucrania- autonomía y posibilidades de elegir sus propias autoridades regionales.
Ucrania, en cambio, afirma que con la operación militar Rusia pretende arrasar con la cultura y la historia ucraniana, y derrocar al presidente Volodomir Zelenski para promover que llegue al poder un dirigente cercano a Moscú.
Con información de Télam