Los restos del expresidente chino Jiang Zemin, que falleció ayer en la ciudad oriental de Shanghai a los 96 años, llegaron hoy a Beijing, donde será despedido en un funeral que aún no tiene fecha definida.
El avión que transportaba los restos del líder chino fue recibido en el aeropuerto de la capital por el actual presidente, Xi Jinping, según la agencia de noticias estatal Xinhua.
Todas las banderas en la emblemática plaza Tiananmen de Beijing, el Gran Salón del Pueblo y la sede del Ministerio de Exteriores se encontraban hoy a media asta, y con la orden de permanecer así hasta el día del funeral, cuya fecha todavía no ha sido anunciada.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Sí se informó que el próximo martes se realizará una ceremonia conmemorativa en el Palacio del Pueblo, que será retransmitida en directo a las regiones "para que la mayoría de miembros y dirigente del partido, así como la población, la escuchen y vean", anunció el canal estatal CCTV.
Ese día se observarán tres minutos de silencio en todo el país, con las banderas a media asta y las actividades de ocio suspendidas.
Jiang, que fue secretario general del Partido Comunista de China (PCCh) entre 1989 y 2002 y presidente del país entre 1993 y 2003, falleció por leucemia y fallo multiorgánico en Shanghai.
En su ciudad natal, Yangzhou, cientos de personas se congregaron al anochecer para rendir homenaje a una de las figuras más destacadas de la localidad.
Muchos esperaban para depositar ramos de crisantemos blancos delante de su antigua casa, mientras otros se arrodillaban o pronunciaban pequeñas oraciones.
"Fue un muy buen dirigente. Contribuyó ampliamente a mejorar la vida de la gente en Yangzhou", dijo a la agencia AFP un hombre que sólo dio el nombre de Yan.
Li Yaling, una mujer de unos 60 años, lo calificó como un "gran dirigente, patriota y positivo", que aportó "desarrollo económico".
"Lo admirábamos mucho y sentimos una gran pérdida y nostalgia ahora que se ha ido", agregó.
En la zona, agentes de seguridad invitaban a los grupos que estaban cerca del edificio a que se retiraran para evitar multitudes, en resguardo de las estrictas medidas sanitarias impuestas en el país, que permitieron un eficiente control del Covid, pero trajeron enormes costos económicos y descontento popular, y llevaron incluso a que se registraran históricas protestas el fin de semana.
En Hong Kong, cuyo traspaso a China en 1997 fue supervisado por el Gobierno de Jiang, cientos de personas hacían fila anoche delante de la Oficina de Enlace entre la isla y la China continental para depositar flores en memoria del expresidente.
"Actuó de manera que la economía de mercado formara parte de la tendencia dominante en China (...) Sin esto, no habría ninguna esperanza para la democracia", dijo Edward, un joven chino de 26 años que no dio su apellido.
Los medios de comunicación estatales y empresas públicas cambiaron sus páginas web al blanco y negro, y también lo hicieron varias aplicaciones de los teléfonos celulares, como Alipay, Taobao o McDonald's.
El presidente ruso, Vladimir Putin, fue uno de los primeros mandatarios extranjeros en rendir homenaje a Jiang, un "amigo sincero" de Rusia y un "estadista excepcional".
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo de él que fue un "firme defensor del compromiso internacional" de su país, y elogió su "calidez y apertura personal".
Con información de Télam