Tiroteo en Uvalde: cómo es el protocolo en las escuelas de Estados Unidos ante un ataque

Lukas Udstuen vive en la Argentina y contó cómo es el protocolo en las escuelas de Estados Unidos ante un posible ataque con armas.

24 de mayo, 2022 | 23.22

En el día en el que murieron 18 estudiantes y tres adultos en el tiroteo en una escuela de Texas, Estados Unidos, el discurso de un senador demócrata se hizo viral. Chris Murphy se dirigió a sus pares en la Cámara Alta y dijo: “Estos chicos no tuvieron poca suerte, esto solo pasa acá. En ningún otro lado los chicos van a la escuela pensando que les pueden disparar”

Es que en Estados Unidos se hacen simulacros de tiroteo escolar tan naturalmente como los de incendios. El protocolo comenzó después de la masacre de Columbine donde dos delincuentes mataron a 13 personas y se suicidaron. Desde entonces se sumaron protocolos de respuesta de las fuerzas de seguridad y hay equipos locales listos para ingresar al edificio cuanto antes. Hasta la Policía tiene planos de los colegios para saber por dónde ingresar.

Hay clases dedicadas a aprender cómo comportarse ante un hecho así, cada aula tiene un número en el exterior para poder comunicar de manera fácil dónde está sucediendo un hecho en caso de ser necesario y las puertas pueden trabarse desde dentro de los claustros para evitar ingresos. El Destape habló con un ciudadano de Estados Unidos que recibió esta educación para entender cómo es el protocolo.

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Lukas Udstuen tenía 9 años cuando comenzaron estos cambios y detalla desde el país que eligió para vivir, Argentina, cómo es prepararse para un tiroteo masivo: “Tenemos un tipo de alerta especial para apagar las luces en el aula y trabar las puertas”. Con esto se espera que el tirador no sepa en qué aulas hay personas y cuáles están vacías, al menos eso en los colegios renovados o construídos después de Columbine en las que no se ve hacia dentro.

En ese momento los accesos de Chaska Middle School West, el colegio al que iba Udstuen, eran de vidrio. “Las puertas no estaban preparadas para la ocasión”, admite. “Entendíamos que apagar las luces no nos iba a salvar la vida, sobre todo si teníamos puertas de vidrio, y lamentablemente sabíamos que si alguien entrara no teníamos mucha chance”, suma.

Si bien nunca tuvo que atravesar una situación de violencia como la que se vivió en Texas este 24 de mayo, sí aprendió que si alguien ingresa armado tiene que ir bajo el escritorio, estar en silencio y esperar un rescate. La certeza de que el rescate no era seguro y la violencia podía escalar no se nombraba, pero existía.

Algo distintivo de los simulacros de tiroteo es que en ellos sí se avisa que lo que está pasando no es real, distinto a las evacuaciones sorpresivas para entrenamiento en caso de incendios: hay que prevenir el pánico. Que existan no parece descabellado si se tiene en cuenta que desde que comenzó el año, en Estados Unidos se registran 215 tiroteos masivos y los primeros fueron el 1 de enero.

Udstuen cuenta que creciendo en Minessota siempre supo que había una posibilidad de que esto pasara y fue consciente y crítico de la situación, entendía que en otros países no era una preocupación recibir disparos en clases. Asegura, además, que su adolescencia fue “normal” porque no se preocupaba de lo que le podía pasar y veía el riesgo de que eso sucediera similar al de ser chocado por un auto. 

-¿Algún episodio te marcó?

-La masacre en el boliche LGBT de Florida, Pulse, fue la primera vez que pensé “podría haberme pasado a mí”. Me marcó además porque soy gay. Sentí una sorpresa de que a toda la nación le importaba y estaba viendo lo mismo, reflexiona respecto las 102 víctimas, 49 de ellas fatales en la matanza.

En el país donde el uso de armas está liberado y se venden en Wal-Mart junto a las cañas de pescar, las masacres llevan el nombre más específico que refiere en donde ocurrieron. No es el caso de otros tiroteos “famosos” como en Christchurch, Nueva Zelanda o Utøya en Noruega, que refieren a las ciudades protagonistas. Ante los números ya mencionados, discriminar por ciudad se vuelve inviable. 

Al debatir acerca de esto, Udstuen enfatiza: “Es que sigue pasando la misma tragedia y nadie hace nada, hasta hay canciones que hablan de esto. Matan un montón de personas y en Estados Unidos se sigue y no hay tiempo para procesar lo que pasó. Al margen pero similar, cuando tomaron el Capitolio mataron por lo menos a una persona y a las horas estaban certificando los resultados de nuevo: la actitud es no esperar a que haya un cambio de parte de los violentos y seguir cueste lo que cueste”.

Sobre esto reflexionó en el Senado Chris Murphy, representante de Connecticut. “La respuesta ante la matanza de chicos que corren por sus vidas es hacer nada, para qué estamos acá si no es para resolver un problema tan existencial como este. No es inevitable”, dijo en un fuerte discurso de 5 minutos apelando a sus pares republicanos.

Biden y el control de armas

Horas después de la masacre, Joe Biden habló desde la Casa Blanca y se preguntó “cuándo nos vamos a enfrentar al lobby de las armas”. Su mensaje fue claro, la idea es promover una regulación basada “en el sentido común” y apuntó contra lo llamativo que debería ser que un joven de 18 años pueda comprar armas de asalto.

Sus declaraciones son meses después de prometer a las familias de Sandy Hook, tras la resolución del juicio a fines de 2021, que hay que “tomar acción” para que ningún otro niño muera en la escuela. Pasaron cinco meses y en Uvalde la promesa sigue vacía. 

Si bien cada tanto una nueva disertación acerca del tema se hace vuelve viral, no se esperan cambios en la legislación acerca de la tenencia y portación de armas en Estados Unidos que es un derecho constitucional. Ante cada paso hacia una mayor regulación de tenencia, la Asociación Nacional del Rifle, NRA por sus siglas en inglés, responde con lobby o polémica: para sus miembros la única manera de detener “a un hombre malo con un arma” es tener armas para frenarlo.  

Cómo fue la masacre de Uvalde 

Al menos 18 chicos y una muestra fueron asesinados por un tirador que irrumpió en una escuela primaria en Texas, en la misma semana en que otro tiroteo masivo conmovió al mundo . El agresor murió a manos de la policía y se confirmó que tenía al menos dos armas, fue identificado como Salvador Ramos y por el momento parece que actuó solo.

El Distrito Escolar Independiente Consolidado de Uvalde había informado de un tirador activo en la Escuela Primaria Robb, que tiene un menos de 600 estudiantes. El hospital University Health informó las novedades acerca de los heridos.

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