(Por corresponsal) A lo largo de su primera década como pontífice, el papa Francisco escribió tres encíclicas y cinco exhortaciones apostólicas en las que ha ido trazando el marco conceptual de su magisterio y que complementan hechos concretos como la promulgación de una nueva Constitución y la creación de cardenales no tradicionales.
Es el propio Papa quien reconoce en ese marco que su exhortación apostólica de 2013 Evangelii gaudium (La alegría del Evangelio) contiene el "sentido programático" central de su magisterio, a partir del estado de situación que traza no solo para la Iglesia sino para un mundo en el que, ya en noviembre de 2013, veía sumido en una "cultura del descarte" con una economía que "mata".
Fue en esa exhortación en la que Francisco dejó planteados además cuatro principios sobre los que organiza su magisterio y que, explicó, "orientan específicamente el desarrollo de la convivencia social y la construcción de un pueblo donde las diferencias se armonicen en un proyecto común": El tiempo es superior al espacio; La unidad prevalece sobre el conflicto; La realidad es más importante que la idea y El todo es superior a la parte.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Su segundo escrito de gran repercusión llegó en 2015 con la encíclica Laudato si' (Alabado seas), en la que despliega la tradición del pensamiento de la Iglesia junto con el saber científico para trazar un manifiesto en contra de las consecuencias socioeconómicas del cambio climático, y que se convirtió con los años en un texto de referencia para movimientos sociales y políticos de todo el mundo.
"No es una encíclica social", suele definirla Francisco, ya que considera que elabora allí un abordaje integral que supone la preservación del medioambiente "en una dimensión mayor" que incluye, también y en el centro, al ser humano.
Ya advertía entonces las enormes consecuencias del cambio climático sobre los desplazamientos de personas y planteaba la necesidad de una mayor responsabilidad de la política mundial.
En 2020, en esa línea, el Papa publicó su tercer texto epocal, la encíclica Fratelli tutti (Hermanos todos), un escrito atravesado por la pandemia de coronavirus en el que recoge a pensadores como Martin Luther King, San Francisco de Asís y Mahatma Gandhi para hacer un llamado a la fraternidad universal y convocar a la "amistad social" en medio de conflictos y polarizaciones en aumento.
El capítulo 5 de su hasta ahora última encíclica es, además, una férrea defensa de la política como actividad enfocada en el bien común, en un marco en el que "el mercado solo no resuelve todo" y, tras enumerar los "límites de las visiones liberales", llega a preguntarse si "¿puede funcionar el mundo sin política?".
En 2020, el Papa publicó además la exhortación Querida Amazonía, fruto de sus reflexiones sobre el encuentro mundial de obispos al que había convocado en el Vaticano el año anterior.
"Sueño con una Amazonía que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos, donde su voz sea escuchada y su dignidad sea promovida", planteó en uno de los 111 párrafos del escrito, a lo largo del que también denunció que "los intereses colonizadores que expandieron y expanden, legal e ilegalmente, la extracción de madera y la minería, y que han ido expulsando y acorralando a los pueblos indígenas".
Otras de sus exhortaciones, Amoris Laetitia (La alegría del amor, 2016) y Christus Vivit (Cristo Vive, 2019), recogen a su vez las impresiones del Papa sobre los encuentros mundiales de obispos dedicados a la familia en 2014 y 2015 y a los jóvenes, en 2018.
En Amoris Laetitia, criticada por los sectores conservadores, el Papa planteó por primera vez la apertura a que "en casos concretos" los divorciados vueltos a casar puedan comulgar, mientras que en Christus Vivit destacó el papel de la juventud en la evangelización.
En 2018, en tanto, el Papa publicó la exhortación Gaudete et exsultate, en la que ensalzó la figura de los denominados "Santos de la puerta de al lado" en el mundo contemporáneo, para referirse a personas que "viven con nosotros en la vida, que trabajan con nosotros" y tienen virtudes loables, entre otros temas.
En 2013, a los pocos meses de asumir, Francisco publicó la encíclica Lumen Fidei (La luz de la fe), escrita casi en su totalidad por Benedicto XVI y completada por Bergoglio a causa de la renuncia de Joseph Ratzinger.
Con información de Télam